Capitanich anunció el 5% de aumento para la paritaria docente y es festejado por la burocracia sindical de Atech y Utre-Cetera, mientras la docencia sigue contando monedas y no llega a la canasta básica que hoy está en $128.000.

Además del anuncio del mísero aumento, también prometió que sacará un decreto para el pasaje gratis de colectivo de media distancia, que supuestamente contemplaría a docentes que deban trasladarse de una localidad a otra para trabajar. Dicha promesa es para el año que viene y no cubre a la docencia del gran Resistencia y tampoco a colectivos de Puerto Tirol, Colonia Benítez, Margarita Belén porque son consideradas líneas interurbanas.

Capitanich recibió esta gestión con docentes que ya arrastraban la perdida salarial del 40% de la gestión del gobierno de Domingo Peppo, su compañero del PJ. Sumado a esto, durante el año 2020, el único aumento que recibió la docencia fue del 7%, cuando la inflación de ese año fue del 51%; Capitanich se negó a pagar la cláusula gatillo, a pesar de haber sido acordada en la mesa paritaria en febrero de 2020. De conjunto, la pérdida salarial que acumula la docencia de Chaco supera el 80%.

Perdemos salario y derechos laborales

En el Chaco, mientras la docencia arrastra la pérdida de poder adquisitivo, la burocracia sindical aplaude cada anuncio y no habla de cuánto cobra de bolsillo las y los docentes. Si consideramos los aumentos de este año, incluyendo los “adelantos” de la cláusula gatillo trimestral, una maestra de grado percibirá en noviembre aproximadamente $70.000 y un profesor de secundario, con 30 horas cátedras, $74.000. La canasta de pobreza ronda los $128.000 y este monto se queda corto porque no incluye alquiler de vivienda familiar, que hoy en día no baja de los $40.000.

Ante estas cifras, queda claro que para que el gobierno siga desvalorizado los salarios necesita de la burocracia sindical. El rol de los gremios burocratizados va más allá de la simple entrega, hacen un enorme negociado impartiendo postítulos, diplomaturas, especializaciones o actualizaciones aranceladas, que la docencia debe cursar para obtener puntaje en la lista de mérito, cuyos certificados los valida el Ministerio de Educación. La solución a esto es que la oferta formativa sea gratuita y de calidad para toda la docencia, así se terminaría el negocio de los gremios y las manipulaciones en las listas para acceder a un cargo.

Hay que reconocer que el único sindicato que no lucra con los postítulos es Federación Sitech, quienes sistemáticamente vienen denunciando hace años este negocio, lo cual les permite mantener la independencia en los reclamos.

A su vez, los docentes pierden horas laborales producto de las reformas antieducativas, como la que está planteada para los institutos de formación artística e institutos terciarios, donde las materias pasarían a ser talleres. Por otra parte, luego de la implementación de la 5ta hora agregada en primaria, muchos colegas dejaron el doble cargo dado que les era imposible poder llegar a horario de una escuela a otra, y, por lo tanto, perdieron poder adquisitivo porque el aumento del 20% que supone el pago de esa hora agregada no remplaza el salario de un cargo.

A nivel nacional, el gobierno plantea un recorte presupuestario del 15% en educación para el año 2023. El plan responde a las demandas del FMI que tanto oficialistas como opositores defienden y que para conjunto de la población solo trae pobreza, inestabilidad laboral y pérdida de calidad educativa.

¿Cómo seguimos?

Los descuentos por día de paro superaron los $20.000, golpeando el ánimo de la docencia, lo cual derivó en una desafiliación masiva. A esta altura, podemos sacar la conclusión de que esa respuesta no le dio salida alguna a nuestras reclamo. Es necesario, entonces, que retomemos las asambleas por escuelas, aprovechando las jornadas institucionales próximas para analizar la situación, las condiciones laborales, la falta de recursos básicos para enseñar y aprender. La herramienta de la asamblea escolar es fundamental para elaborar un plan de lucha que nos empuje a presionar al gobierno por un salario igual a la canasta familiar.

Por otra parte, necesitamos sindicatos combativos como el Sutna, que logró un aumento salarial por encima de la inflación mediante el método de la asamblea, el paro y la movilización. Lo cual significa barrer a la burocracia sindical en cada uno de los gremios y recuperar nuestras organizaciones de lucha. Por eso es importante destacar la elección de delegados y delegadas por escuelas y turnos, para votar un plan de lucha desde las bases por el conjunto de los reclamos.