Sindicales

17/1/2022

Ciudad de Córdoba: la Salud Municipal en emergencia

Rechacemos la flexibilización del protocolo y exijamos personal y recursos para enfrentar la tercera ola.

Los trabajadores de los hospitales municipales denuncian la falta de respuesta de los funcionarios frente a los reclamos por el impacto de la tercera ola de Covid-19.

En el Hospital de Urgencias están internados pacientes Covid positivo desde hace días sin que se proceda a una derivación, lo que constituye una muestra efectiva de la desorganización que opera en el sector. Otro tanto ocurre en el Hospital Príncipe de Asturias, que atiende la populosa barriada de Villa El Libertador. En este nosocomio las carpas instaladas en el exterior (triage) permitían el manejo de pacientes ya diagnosticados con sintomatología leve, que podían transitar la enfermedad en sus domicilios. Sin este recurso estratégico, las “covideras” -espacios para hisopado- resultan insuficientes para el abordaje de los vecinos que se acercan, y la derivación a la guardia sobrecarga la tarea, creando espacios de circulación del virus entre pacientes febriles y personal sanitario, lo que explica sobradamente la cantidad de contagios intrahospitalarios.

La imposibilidad de seleccionar entre pacientes graves, que requieren internación, y pacientes que podrían evolucionar por sí mismos redunda en un ciclo de estrés laboral que reedita las dos olas anteriores. El Polo Sanitario tampoco da respuesta ante el pedido de derivación de pacientes que están graves y son positivos de Covid: no hay espacios específicos para el tratamiento, lo que complica el escenario y su evolución. ¿Y el COE? Brilla por su ausencia.

¿Muerto el perro se acabó la rabia?

Cuando el descenso de la segunda ola parecía ser el fin de la pandemia, el gobierno desmanteló toda la organización (precaria, pero organización al fin) que había desplegado para la atención de los pacientes Covid. Por ello se desarmaron las carpas de triage montadas en los exteriores de varios hospitales y se cancelaron los contratos precarios del personal para la cobertura de la emergencia sanitaria. El gobierno decretó el fin de la pandemia, el COE desapareció y pretendió eliminar un conflicto en puerta, a saber el reclamo del personal contratado por fuera de convenio, bajo la figura precaria de monotributo. Sin embargo, la aparición de la variante Ómicron vino a clarificar que la pandemia aún no terminó y que la vacunación puede mejorar la performance de los pacientes, sin garantizar la inmunidad ni tampoco evitar el contagio. El gobierno decretó la muerte del perro… pero está vivo, tiene 4 patas, mueve la cola… y tiene rabia. La Ómicron vino para sacar lo que se pretende esconder debajo de la alfombra.

La realidad de los trabajadores municipales no es diferente de quienes pertenecen al sistema provincial, revelando que la respuesta de las autoridades sanitarias es la misma sin importar la jurisdicción. El alineamiento político entre el gobernador Juan Schiaretti y el intendente Martín Llaryora no tiene fisura porque la necesidad de ajustar el presupuesto en salud prevalece sobre las demandas de la población, mientras sostienen discursos negacionistas que distorsionan la realidad, minimizando el avance de la pandemia. Para que todo cierre, flexibilizaron los protocolos de aislamiento para todos y todas, pero particularmente para el personal de salud, quien fue elevado de la categoría de héroe a superhéroe.

Los trabajadores tenemos que tomar en nuestras manos la tarea de exigir mayor personal y reclamar que “miren arriba”: que se restituyan los dispositivos que permitían organizar con recursos y personal para la atención de la población sin incrementar exponencialmente el contagio de los agentes sanitarios.

Rechazamos la flexibilización del protocolo. Decimos: somos personas de carne y hueso, no héroes ni superhéroes. Nos contagiamos, nuestros familiares se contagian. No podemos trabajar enfermos.

Exigimos de manera urgente el refuerzo de personal, reincorporando bajo convenio todo el personal monotributista que fue dado de baja. Regularización de los testeos para el personal en actividad. Provisión de insumos de calidad. Basta de persecución a los trabajadores no vacunados. Nuestro sindicato tiene que intervenir frente al atropello de la patronal. Constituyamos en cada repartición comités de higiene y seguridad bajo control obrero que garanticen el cumplimiento estricto del protocolo sanitario.