Ya cumplida las dos primeras etapas del paro de Conadu Histórica, las conducciones de las universidades de Buenos Aires, Córdoba y Cuyo tomaron medidas antiobreras, intentando frenar la adhesión y simpatía que generaron las dos jornadas, ambas de una semana con intervalo de 15 días, de paro nacional por el reclamo de reapertura de paritarias. No es para menos: ya antes de cobrar la primera cuota, el desmadre económico y la inflación imparable dejaron al desnudo que el acuerdo firmado a principios de marzo (30% en tres cuotas no acumulativas hasta junio y luego revisión) implicaba un nuevo golpe al salario de las universidades.

En el caso de Córdoba, cuyo gremio mayoritario pertenece a la Conadu -firmante de la paritaria del 30%-, el estallido vino por los preuniversitarios del Monserrat y Belgrano, que en asamblea conjunta resolvieron sumarse a la primera semana de paro junto a la Conaduh. Frente a esto, las autoridades de “La Docta” solicitaron a Trabajo (Nación) se les decrete la conciliación obligatoria.

En Cuyo, ya al finalizar el primer tramo de la medida de fuerza, la rectora, bien a tono con la política represiva de la provincia, anunció que se les iba a descontar a los huelguistas los días de paro.

Fue en la UBA donde las autoridades fueron más a fondo, ejecutando, sin ningún aviso previo, el descuento a los docentes del Nacional Buenos Aires y del Carlos Pellegrini de los días de paro correspondientes a la primera semana. Dado el comienzo del ciclo lectivo en distintas fechas, la docencia del Pellegrini fue la más afectada, con toda una semana de descuentos. En ambos casos, la medida de lucha no solo fue por la reapertura de paritarias, en sintonía con el movimiento docente universitario nacional, sino que, como en toda la UBA, en repudio frente a la exclusión de los futuros jubilados de la obra social y, sobre todo, en reclamo de la deuda que la universidad tiene en forma permanente con los docentes preuniveritarios al no pagar la parte del salario que corresponde al Fonid, concepto que al momento se adeuda sobre cuatro meses de sueldo. O sea que, además de atentar contra el derecho de huelga, se decide descontar a quienes hacen retención de tareas por falta de pago de salarios. ¡Inédito! Es obvio que con este ataque intentan disciplinar a la docencia. Están preocupados puesto que, incluso afiliados a UTE Ctera, decidieron parar junto a AGD-UBA por un reclamo que es el reclamo de todos.

La reacción está en marcha con asamblea permanente, reuniones con las autoridades, pronunciamientos solidarios, carta a las familias y hasta un fondo de huelga. No hay grieta para atacarnos entre el ministerio nacional frentetodista y las universidades involucradas dirigidas por radicales/PRO, son todos del FMI.

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