Después de la asamblea multitudinaria que el gremio de municipales de Córdoba (Suoem) desarrolló el miércoles 20/11 en el centro de la ciudad, el gobernador Llaryora y el intendente Passerini decretaron una conciliación obligatoria y el Suoem la acató. Rechazamos esta resolución por ilegal y violatoria de la autonomía municipal. Tras el pronunciamiento contundente que dimos en las calles, profundicemos el plan de lucha.

Colocado a ambos lados del mostrador, el gobierno de Passerini y Llaryora se vale del Ministerio de Trabajo para acallar y regimentar la protesta social. Busca desarticular las luchas en ascenso en un escenario provincial caliente. Sin ruborizarse, multiplica la planta política y gasta millones en pauta publicitaria mientras mete por la ventana una medida que viola la autonomía municipal.

Es claro que el punto en el que estamos, con miles de municipales movilizados defendiendo el salario, plantea que el próximo paso sea unificar la lucha con un paro total de actividades para que triunfe nuestro legítimo reclamo. En ese sentido, acatar la conciliación es dar un paso al costado.

Los municipales sostenemos con nuestro trabajo diario la salud, la educación y cada servicio necesario para la vida de los cordobeses, y estamos reclamando que no se deteriore nuestro salario. Calculado según el IPC Córdoba el salario municipal perdió 20 puntos a octubre, pero es mucho más si tenemos en cuenta que ese índice distorsiona la inflación mensual al sobredimensionar la variación de alimentos y bebidas en relación a los servicios (transporte, energía, salud, educación, comunicaciones, alquileres), que están subrepresentados. Hoy la canasta básica está calculada en $1.514.000 según un informe de la Junta Interna ATE Indec.

No debemos dar ni un paso atrás en nuestro reclamo de recomposición: necesitamos el 20% ya y un porcentaje no menor a 5% por encima de la inflación mensual para recuperar parte de lo perdido. Ningún trabajador de las reparticiones municipales debe ganar menos de lo necesario para garantizar esta canasta.

Rechacemos esta medida que traiciona el mandado otorgado en la asamblea general: nuestro sindicato debe llevar adelante la resolución que votamos, profundizando el plan de lucha. La unidad en las calles con el resto de trabajadores es la clave para ganar esta batalla. Preparemos un plenario de trabajadores y un paro activo municipal en defensa de nuestro salario y de nuestra fuente laboral.

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