En la jornada de hoy se realizó una gran movilización de trabajadores del transporte urbano de pasajeros en rechazo al ajuste que el intendente Martín Llaryora presenta como “emergencia del transporte urbano”. La convocatoria tuvo la presencia de familias enteras que están pasando el duro momento de no tener con qué parar la olla, no contar con una prestación médica, entre otros problemas, a causa de deudas con la obra social que las patronales no cancelan desde hace meses.

La movilización histórica de las familias de las y los trabajadores del transporte fue un contundente rechazo a la propuesta del recorte del 12 % en el salario a cambio de sostener los puestos de trabajo, una extorsión del intendente que no pasa para el conjunto de trabajadores. La convocatoria también fue una reacción popular multitudinaria contra la represión sufrida por los trabajadores días atrás.

Además, se expresó en las calles el rechazo a la medida por la cual el ejecutivo de la ciudad puede intervenir a su antojo en el sistema. En ese sentido, trascendió que habilitarían remises truchos.

La marcha partió desde la sede de la UTA y se dirigió al Concejo Deliberante, en donde el PJ-kirchnerismo votó nuevamente contra los intereses del pueblo trabajador. La “emergencia” contiene un ajuste bajo el argumento de dejar sin efecto recorridos “improductivos”, sin dudas una mayor precarización del servicio que afectará al pueblo trabajador.

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El voto de la desregulación del transporte abre un escenario de crisis, que se resolverá en el cuadro de una Córdoba caliente, en la que en el conjunto de trabajadores crece la bronca y la lucha. Por eso, la emergencia se aprobó, pero de ninguna manera termina con el problema.

En este marco, los trabajadores empujados por la autoconvocatoria no han dicho la última palabra, la lucha continúa, hay en curso un proceso antiburocrático que anida en la base del gremio. En sostener la organización independiente, resulta clave para defender las conquistas de trabajo, y en definitiva el derecho al transporte del pueblo trabajador.

La conducción del gremio levantó la movilización cuando la sesión estaba lejos de terminar y prometió “sitiar Córdoba” el próximo lunes. La crisis en el transporte es uno de los temas centrales de la agenda pública que tiene a la CGT como espectadora. De momento, continúa aferrándose a su orientación de darles gobernabilidad a Schiaretti y Llaryora, los grandes ajustadores.

Viva la lucha de las y los trabajadores del transporte, exigimos el paro provincial. Estatización del servicio bajo control de trabajadores y usuarios. Que la crisis la paguen los capitalistas.

 

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