Gabriela Pérez falleció el pasado sábado, fue víctima de una balacera que se produjo durante un acto que organizó el Soelsac (Sindicato Obreros de Empleados y Empresas, Servicios y Afines de Córdoba), conducido por Sergio Fittipaldi. El hecho tuvo lugar después del mediodía, en el club Yapeyú de la ciudad capital de la provincia, cuando 7 disparos impactaron en el inmueble ubicado sobre la calle Juan Roque 150. Una de las balas se cobró la vida de Gabriela, quien tenía 24 años, era madre de una niña de 5 años y trabajaba en el Palacio 6 de Julio.

Según fuentes que investigan la causa, “los disparos se realizaron desde afuera, el matón se bajó del auto, caminó, disparó y volvió al coche” (La Voz del Interior, 11/9). Cámaras ubicadas en el lugar de los hechos confirmarían la versión oficial. “La hipótesis policial es que las balas eran ‘para asustar’ en el marco de una pelea gremial”, publicó la citada fuente.

La muerte de la trabajadora se produjo en el marco de una fuerte interna por las elecciones de la directiva del Soelsac, que están programadas para el mes de octubre. El mencionado gremio viene siendo conducido por Fittipaldi, que aspira a renovar su cargo de secretario general tras 17 años de mandato. Entretanto, la conducción del Surbacc (Sindicato Único de Recolección de Residuos y Barrido de Córdoba) presentó una lista con la que los Saillén quieren obtener a la conducción.

Los medios de comunicación ligados a Juntos por el Cambio hablan de “violencia sindical” y escriben desde un ángulo abiertamente antisindical. Pero la vinculación de las burocracias sindicales con el poder envuelve al conjunto de los partidos patronales. Incluso hasta Javier Milei busca el apoyo de gremialistas como Luis Barrionuevo y Gerardo Martínez.

Lo cierto y concreto es que los capitalistas y todos sus gobiernos utilizaron a una burocracia sindical adicta al poder para imponer regímenes de trabajo que atentan contra derechos laborales de la clase obrera. Cabe recordar que el gremio que conduce Sergio Fittipaldi fue creado tras tercerizaciones en dependencias del Estado provincial.

Los Saillén y Fittipaldi fueron socios durante años en la conducción de las 62 organizaciones peronistas y apoyaron las candidaturas del PJ provincial para las elecciones a gobernador e intendente. Mantienen un “modelo sindical” de precarización laboral, pero ahora están enfrentados por el control de la caja de un sindicato en el que no hay democracia.

Hace años que la actual conducción del Soelsac avala despidos y la persecución de trabajadores que se organizan por mejores condiciones de trabajo. En septiembre del 2020, el Partido Obrero denunció a Fittipaldi por ataques a la sede partidaria. Además, la patota del mencionado burócrata atacó salvajemente a trabajadoras del Paicor, que están en pie de lucha por salarios y contra la precarización laboral.

Ahora, la actual conducción del Soelsac presenta la muerte de Gabriela como parte de un atentado contra Fittipaldi. Pretende victimizarse de un método con el que gestiona un sindicato en beneficio de las empresas amigas del poder. Una burocracia con todas las letras.

Tras el lamentable deceso de la trabajadora de la limpieza, ambas burocracias se responsabilizaron mutuamente de lo sucedido. Gabriela Pérez, como miles de trabajadores, fue víctima de la precarización laboral. Al servicio de esta política de Estado conducen los gremios las dos burocracias enfrentadas. Además, dejan pasar el ajuste de los gobiernos.

Familiares de la víctima pidieron ser querellantes en la causa y convocaron a marchar pidiendo justicia. Acompañemos la lucha de los familiares. Fuera las burocracias de los sindicatos, juicio y castigo a todos los responsables de la muerte de Gabriela Pérez. Basta de precarización laboral, pase a planta de todos los precarizados. Plan de lucha por todas las reivindicaciones de los trabajadores.

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