Trabajadores agrupados en el Sindicato del Personal de Industrias Químicas y Petroquímicas (SPIQyP) de Río Tercero arrancaron una mesa de negociación, en rechazo a los despidos masivos por parte la empresa Petroquímica (PR3). La patronal tuvo que sentarse en el Ministerio de Trabajo de la provincia a discutir las cesantías, tras más de 50 días de lucha obrera.

Cabe recordar que, en septiembre, PR3 había presentado un procedimiento preventivo de crisis con el Sindicato Químico y acordó suspensiones de trabajadores. Días después, incumplió arteramente el acuerdo, despidiendo 127 trabajadores y suspendiendo a otrxs 125 tras anunciar el cierre de la planta de diisocianato de tolueno (TDI). También fueron cesanteados 60 obreros encuadrados en Uocra.

Detrás de los despidos está la orientación especulativa de la patronal PR3, que no tiene ningún tipo de crisis sino que apunta contra el convenio colectivo de trabajo y a reducir gastos en “la mano de obra”. Esto, luego de haberse beneficiado bajo la administración de los sucesivos gobiernos del PJ provincial. Ahora, se vería favorecida por la apertura económica impulsada por Javier Milei.

El Ministerio de Trabajo, bajo la conducción de Omar Sereno, jugó al desgaste dilatando dictámenes que correspondía se saquen a la brevedad, puesto que la patronal quiere imponer cesantías por fuera de todo marco legal. Sin embargo, fue administrando los tiempos “del conflicto”, por supuesto que contando con el concurso de la burocracia sindical, que apuntó a aislar el reclamo de trabajadores químicos que se fueron ganando un amplio respaldo popular.

La pelea de lxs químicxs choca de frente con la orientación de las centrales sindicales que dejaron pasar todos y cada uno de los despidos en la industria de Córdoba, incluso hasta con conciliación obligatorias a favor de los trabajadores; por ejemplo, en la empresa WEG, la burocracia de la UOM actuó en función de los intereses de las patronales.

La sucesión de los hechos fue marcando la orientación de las CGTs, que están subordinadas a gobiernos y patronales. También la cúpula de la CTA quedó expuesta, toda vez que hizo acciones aisladas para la foto y faltó a audiencias y marchas; no desarrolla un plan de lucha. Esto, en momentos en que Fabricaciones Militares Río Tercero fue vaciada. Lo señalado se complementa con una negativa a dirigir los reclamos a Casa de Gobierno.

Con todo, lxs trabajadores mantuvieron decididamente el reclamo, con el apoyo del Polo Obrero, de sindicatos combativos como Uepc-Capital, y de las organizaciones de lucha de Córdoba, como la Asamblea Interfacultades, que organizó un festival para difundir lo que está en juego en esta verdadera batalla estratégica para el movimiento obrero cordobés.

Así las cosas, la lucha de los químicos va dando cuenta también de la situación más general en el movimiento obrero: las conducciones sindicales son reacias a lanzar el paro general por los reclamos populares pendientes. En función de la orientación señalada, la marcha que se prepara para el 20 de diciembre será un espaldarazo para juntar fuerza y construir la huelga general que enfrente la orientación de ajuste, despidos, y represión de quienes gobiernan. Viva la lucha de lxs trabajadores químicxs de Río Tercero. Huelga general, fuera Milei.

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