Sindicales

20/6/2020

Disparan contra el aguinaldo

Gobiernos, empresarios y burocracias avanzan sobre una conquista histórica.

El gobierno de Alberto Fernández dispuso el pago en cuotas del aguinaldo de los trabajadores estatales nacionales. De esta forma, solo cobrará en un pago aquel trabajador que deba cobrar de bolsillo no más de 32.000 pesos, luego de los descuentos. Para los que superen este monto, el pago puede llegar a completarse hasta en cinco cuotas.


Los pasos del gobierno nacional fueron emulados por Axel Kicillof, el gobernador de la provincia de Buenos Aires, que también decretó el cercenamiento del aguinaldo y su pago en cuotas a partir de los $40.000. En la Capital Federal, el jefe de gobierno Horacio Rodríguez Larreta también resolvió el pago en cuotas del aguinaldo para estatales y docentes. Algunos gobiernos provinciales, como el de Jujuy, pusieron directamente en duda el pago del sueldo anual complementario.


El pago en hasta cinco cuotas es la definitiva disolución del aguinaldo, máxime en el cuadro de una inflación que se espera no menor al 50 por ciento anual. Profundiza un ataque histórico al salario de parte de este gobierno que ya congeló las paritarias y redujo en términos nominales el salario en un 30 por ciento. En los tres meses de pandemia, además, las patronales despidieron a mansalva (algunas estimaciones hablan de 150.000 cesantías solo en el sector registrado).


El argumento para proceder al desdoblamiento del aguinaldo es la caída en la recaudación impositiva, producto de la crisis económica, ahora agravada por la pandemia. Aunque los ingresos tributarios aumentaron un 12,4 por ciento en relación a mayo del año pasado, “si se aplica la inflación acumulada en ese período -del 47% en 12 meses-, en realidad los ingresos fiscales se desplomaron 22,3% en términos reales” (Clarín, 16/6). El dato de que uno de los mayores agujeros es la drástica reducción de la recaudación del Impuesto al Valor Agregado (gravamen directo del consumo) que cayó en términos reales en un 28,3 por ciento en comparación con el mismo mes del 2019, es una confirmación de que la crisis la están pagando esencialmente los trabajadores y los sectores populares. En todas las provincias, la recaudación cayó también en un 15 por ciento promedio.


Mientras intentan descargar la crisis sobre los hombros de los trabajadores, el gobierno nacional y las administraciones provinciales proceden al salvataje de los capitalistas. Alberto Fernández paga la deuda externa, negocia con los bonistas y rescata a los capitalistas locales con subsidios de todo tipo, también a costillas de los trabajadores, por la vía del vaciamiento de los fondos del Anses. Kicillof vacía la obra social estatal Ioma, y con sus fondos subsidiará con 400 millones de pesos todos los meses a las clínicas privadas bonaerenses.


En el sector privado, también


Tras el anuncio de la cuotificación del aguinaldo para los trabajadores del sector público, algunas patronales del sector privado han advertido que seguirán el mismo camino. En tanto, Alberto Fernández señaló que el Programa de Asistencia de Emergencia al Trabajo y la Producción (ATP), que subsidia una parte de los sueldos del sector privado, “en principio” no se extiende al aguinaldo.


La CAME y la UIA, según Ambito Financiero (10/6), le pidieron al gobierno -en una reunión con los ministros Claudio Moroni, Matías Kulfas- auxilio para el pago de aguinaldos, en el marco de las negociaciones sobre cómo continuará el programa ATP en el caso de aquellas empresas que han retomado la actividad. Tras este reclamo parasitario al Estado, se van preparando las condiciones de un desdoblamiento del pago en caso de no ser correspondidos.


Los gobiernos y la la clase capitalista avanzan en la liquidación de una conquista histórica de la lucha de la clase trabajadora como lo es el sueldo anual complementario, que el peronismo se adjudica como propia, a partir de la firma del decreto 33.302/45 del 20 de diciembre de ese año, del entonces gobierno de facto de Edelmiro Farrell.


La respuesta de los trabajadores


Entre los trabajadores públicos, docentes y estatales, la avanzada contra el aguinaldo produjo un repudio masivo. Gremios, seccionales y comisiones internas antiburocráticas se han sumado a la jornada de paro virtual anunciada por Ademys y otros gremios para el 22 de junio en la Capital Federal. Serán parte de esa acción también los Sutebas multicolores de la provincia de Buenos Aires.


En contraste con estas medidas de lucha, la burocracia sindical muestra su pasividad, cuando no su complicidad. Uno de los secretarios generales de la CGT, Héctor Daer, minimizó el problema: “los trabajadores tienen que cobrar el aguinaldo, no hay ningún debate” (Infogremiales, 1/6). Pero el “debate” la burocracia lo tiene por debajo de la mesa. Según el mismo portal, “una importante cámara empresaria le acercó su borrador a uno de los sindicatos más populosos del país para resolver la situación. En él se proponía fraccionar el aguinaldo en 6 cuotas consecutivas”. Uno de esos empresarios afirma: “a nosotros el sindicato nos dijo que no suena ilógico” (ídem).


De parte de las burocracias de las CTAs, el golpe ya está decretado, y no han movido un pelo. La CTA-T, cuyo secretario general es Hugo Yasky, no ha emitido opinión alguna. Tampoco Ctera, su principal federación sindical. UTE no pudo zafar de sumarse al paro virtual del 22, pero nada señaló respecto de la inacción de Ctera y del Suteba. La CTA-A de Hugo “Cachorro” Godoy y ATE tampoco han tomado ninguna iniciativa. Godoy, secretario general de ATE, tan sólo sinceró su asombro porque esperaba que desdoblamiento del aguinaldo fuera en menos cuotas.


En defensa del salario, del aguinaldo y las jubilaciones, por un seguro universal de $40.000 para todos los desocupados, por el ajuste por inflación de los ingresos de los trabajadores, en resguardo de la salud trabajadora, por el no pago de la deuda externa y el impuesto a las grandes fortunas que presentó el Frente de Izquierda en el Congreso, la Coordinadora Sindical Clasista del Partido Obrero se pone al servicio de la organización de un plan de lucha de todo el movimiento obrero, para que la crisis la paguen los capitalistas.