Sindicales

16/4/2021

Docentes municipales de Córdoba: la presencialidad, entre la vida y la muerte

delegada municipal- Lista Fucsia

El aumento de casos de contagio por Covid entre la población educativa de la municipalidad de Córdoba ha instalado en la agenda el debate por las condiciones en las que se desarrolla la presencialidad.

Mientras sólo un 50% de los docentes han sido vacunados (con diferentes proporciones entre las escuelas), aumentan los contagios y con ello el aislamiento de las burbujas de estudiantes, poniendo al descubierto que el protocolo de regreso a la “presencialidad cuidada” tiene una inconsistencia que hace inviable su sostenimiento.
Frente al contagio de un docente y el aislamiento de una burbuja en una escuela municipal de la zona noroeste de la ciudad, cundió la alarma en los grupos de whatsapp de madres, quienes demandaron a los directivos instancias para clarificar interrogantes que recorren las conversaciones y el temor de las familias.

A continuación, traducimos en un diálogo imaginario entre directivos y padres, con los principales temas que se plantearon:

-¿Cómo se contagió la docente? ¿Puede contagiar a los niños?
La circulación del virus es comunitaria. No se puede establecer necesariamente dónde y cómo se contagió la seño, ni tampoco a quiénes contagió, ya que hay población asintomática que puede incluso asistir a la escuela y contagiar.

-¿Se pueden contagiar los niño-as en las escuelas?
Los niño-as se pueden contagiar dentro y fuera de las escuelas. Mientras mayor seguimiento del protocolo, hay menor riesgo de contagio. Es necesario observar el protocolo que establece cuidados como el distanciamiento, el uso de barbijo, la higiene de manos. El problema no está únicamente en lo que ocurre dentro del aula sino fundamentalmente en lo que ocurre fuera de la escuela. Y ello no es responsabilidad del maestro-a o de una escuela en particular, sino de una gran cantidad de gente que se moviliza: padres, comerciantes, transportistas, empresas, etc. No es un problema individual.

-¿Cómo se frenan los contagios?
Hoy es necesario cortar la circulación de gente: frenarla por 21 días como mínimo, ya que el virus tiene un ciclo de 14 días (+- 7 días). Eso implica cortar la presencialidad y la circulación de gente que rodea la escuela. Y además, con vacunación. Sólo el 50% de la población docente está vacunada.

-Pero si mi hijo no viene al colegio, ¿puede tener educación virtual?
El Estado municipal, el provincial y el nacional no han previsto recursos para que pueda garantizarse el derecho a la educación mediante la virtualidad. Las familias no cuentan necesariamente con dispositivos, ni se liberó la conectividad. En pocas palabras: ninguno de los obstáculos que significaron un enorme problema para el acceso a la educación pública fueron removidos, por lo cual volveríamos a toparnos con ellos. Los funcionarios se jugaron todas las cartas a la vacunación, y establecieron como única garantía para la educación pública la presencialidad, minimizando las consecuencias que una segunda ola podría tener en la población. Sin embargo, las vacunas no llegan.

-¿Por qué no llegan las vacunas?
Se producen en Argentina, pero se exportan. El proceso para que estén disponibles para nuestra población tiene como freno el derecho al patentamiento que garantiza que el laboratorio que la produce sea quien gane con la venta de la vacuna. El gobierno no está dispuesto a incautar las vacunas del laboratorio por las que aparentemente pagó ni tampoco a dar la batalla para que la fórmula para producirla sea patrimonio de la humanidad.
-Si se cortan las clases presenciales y “nos guardan”, ¿cómo comemos?

Hay un 50% de familias por debajo de la línea de la pobreza. Es necesario que las familias tengan garantizado el sustento, pero eso es imposible si el Estado no garantiza recursos económicos, porque la AUH y los planes sociales que existen no llegan a todas las familias y son una risa con relación al costo de la canasta familiar. Sin embargo, no está previsto un IFE y la canasta familiar está por encima de los $60.000. Los recursos del Estado no están disponibles para las familias: se guardan para garantizar el pago de la deuda externa.

Entonces… ¿Qué salida nos queda?
Exigir que se expropien las vacunas y que se vacune a toda la población.
Exigir que los recursos económicos que existen se destinen a los trabajadores y no a los especuladores que poseen la deuda externa.
Frenar la presencialidad hasta que estemos vacunados, para ello el sindicato debe intervenir. De la muerte no hay retorno.