Por el reclamo de manifestantes de Adosac en el acto del día de la soberanía en la ciudad de Río Gallegos, la concejal Damico presentó en la última sesión ordinaria del Concejo Deliberante un proyecto para repudiar la multa de mil setecientos treinta y seis millones de pesos que pretende ser impuesta por el gobierno de Claudio Vidal contra el sindicato de la docencia santacruceña.

En una votación dividida, en la que los tres concejales de SER votaron a favor de la multa y dos peronistas más un radical votaron a favor de Adosac, la resolución final recayó sobre el presidente del Concejo que inclinó la balanza en contra de la docencia.

Dos preguntas son obligadas. ¿Por qué los integrantes de SER repudiaban el año pasado en medio de la campaña electoral las conciliaciones obligatorias y se remitían a que no se podía perseguir a la docencia con multas millonarias como la ocurrida en 2022, pero hoy no repudian el intento de aplicar una multa en un expediente que tenía armado y guardado el kirchnerismo? Y, ¿por qué el peronismo/kirchnerismo no repudiaba las multas antes del 10 de diciembre de 2024 y ahora las repudian enérgicamente?

Una sola respuesta puede resolver ambas: porque la docencia siempre tuvo la razón en esta discusión. La conciliación obligatoria dictada por un Ministerio de Trabajo que es “juez y parte” en la discusión principalmente salarial sólo sirve para reafirmar quién está ejerciendo el poder.

Por esa razón los kirchneristas la usaban antes (y aquí deben reconocer que son ellos quienes abrieron las puertas de las multas a los sindicatos de manera ilegítima e ilegal) para intentar disciplinar a la docencia que reclamaba contra salarios de misera, y ahora la repudian porque están del otro lado del mostrador. Por la misma razón los vidalistas repudiaban este tipo de accionar hasta no hace mucho tiempo, y hoy desde el poder político de la provincia hacen uso y abuso de conciliaciones obligatorias ilegítimas e ilegales.

En resumen, el hecho es el mismo. Los maestros y el pueblo que los apoya siempre estuvieron del mismo lado. Los partidos políticos patronales (kirchnerista o vidalistas) buscan la vereda donde pega el sol, aunque en este caso en particular quedaría mejor señalar que buscan disciplinar a la docencia que lucha

El hambre no se puede disciplinar. Esta lucha recién comienza. Si el gobierno no da un paso atrás y no recompone el salario urgente, se va a agravar sin dudas el conflicto con la docencia y el conflicto social en general.

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