Sindicales
30/11/2024
El conflicto universitario en la UNJu: el rol de AdiunJu y la emergencia de una oposición independiente
Se consolida la Multicolor en Jujuy.
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Docente
Toma en la UNJu. Foto: Guille tito
Estamos por terminar un año que estuvo atravesado desde su inicio por un gran conflicto universitario, que pasó por diferentes momentos de intervención e intensidad y que lejos de estar cerrado acumula elementos para pensar su continuidad. Por eso es necesario hacer un balance de cómo se actuó, el rol que jugó la conducción de nuestro gremio ADIUNJu durante el conflicto y la necesidad de un reagrupamiento docente que sea un canal de expresión, organización y lucha para aquellos que queremos defender en serio la universidad y la educación pública.
Efectivamente la primera marcha federal del 23 de abril fue una respuesta contundente y de rechazo no solo de la comunidad universitaria sino de la sociedad en su conjunto ante la posibilidad de “cierre” o de poner en peligro la gratuidad de las instituciones a la que está llevando la política de desfinanciamiento del gobierno de Milei. Inmediatamente después de la histórica movilización el gobierno tuvo que responder y negociar con los rectores las partidas para gastos de funcionamiento, lo que se dio de manera arbitraria y desigual entre distintas universidades.
Sin embargo, la profunda crisis salarial de docentes y no docentes universitarios no estaba ni está resuelta, lo tuvo que reconocer el mismo CIN al informar que el 80% de las y los docentes son pobres. Si bien la caída salarial se agravó con Macri y Alberto hoy estamos hablando de una pérdida de más del 100%, 60% del poder adquisitivo en relación a diciembre de 2015. Incluso una situación peor respecto de todo el sector público una política sistemática de robo y degradación de las condiciones laborales.
Docentes y no docentes continuamos con paros y medidas de fuerza que se extendieron los meses siguientes instalando en la agenda que lo que el gobierno había anunciado como solución al reclamo era falso, la Ley de Financiamiento Universitario que planteaba una recomposición del presupuesto, la pelea por su aprobación y contra el veto ya anunciado por Milei fue el impulso para empezar a preparar la segunda marcha federal. Sin embargo, el contraste entre la primera y la segunda marcha fue significativo y esto tiene una explicación: la colaboración de los sectores políticos peronistas, radicales, en el parlamento y que se extiende a las autoridades de cada universidad, la responsabilidad de la centrales y direcciones docentes y nodocentes en el Frente Sindical, y por su puesto estudiantiles.
El boicot fue evidente, en ADIUNJu (hoy dirigido por sectores del PJ-peronistas y el PCR) en medio de semejante conflicto pasó un mes sin que tuviéramos asamblea para preparar un plan de lucha de conjunto, a diferencia de abril no hubo material informativo, ni acciones en las distintas facultades, no se llevaron mandatos legítimos a los congresos de nuestra Federación Conadu Histórica, ni siquiera hubo movilización el día del tratamiento del veto. En la Facultad de Humanidades donde se concentró el activismo estudiantil y docente se impulsó la Asamblea Interclaustro e Interfacultades, instancias democráticas, representativas, que fueron una muestra clara de unidad desde donde se impulsó la toma, decenas de clases públicas, acciones de visibilización, movilizaciones.
A estas instancias quedaba más claro en el activismo que Milei no gobierna solo. Fueron las y los estudiantes ante la segunda marcha quienes remarcaron la necesidad de la independencia política de las autoridades que “habían negociado la primera”, habiendo asumido un compromiso de unidad la directiva de ADIUNJu lo rompe el día de la marcha integrándose en la cabecera con rectores y decanos. La Asamblea Universitaria en la UNJu que fue arrancada en una sesión del Consejo Superior, hecho inédito en el último tiempo sirvió para clarificar las posiciones políticas de las autoridades y la negativa para acompañar el reclamo del aumento de presupuesto.
Con la toma de facultades que se fueron replicando a nivel nacional se entró en otro momento del conflicto, ubicando al movimiento estudiantil -más allá de la heterogeneidad, el caudal, las características y dinámica propia de cada lugar- en el centro de la escena. En ese marco los intentos de una tercera marcha federal que pusiera en jaque al gobierno fueron desactivados y se llamó a descomprimir por distintos mecanismos, desde el anuncio de la garantía salarial que en la UNJu directamente ni impactó o las acciones aisladas. A pesar de esto no se percibe en el activismo un clima de derrota ni desmoralización, sino como un conflicto de “larga duración” es un desafío de quienes fuimos parte, instancias de reflexión y debate colectivo que permitan precisar un balance y sacar conclusiones.
La continuidad y los desafíos
El presupuesto para las universidades en 2025 en Argentina se estima que será el de menor participación en el PBI de la última década. El presupuesto educativo nacional para 2025 será del 0,88% del PBI, mientras que en 2024 fue del 0,91% y en 2023 del 1,48%. Y para las Universidades significan 3,9 billones menos de la mitad del ya presupuesto de ajuste que solicitó el CIN, que son 7,2 billones de pesos.
Combinado con el ajuste brutal que sufren las y los estudiantes que tiene los trabajos más precarios (9 de cada 10 en Jujuy) tarizafos en el transporte, el recorte de ayuda estudiantil y becas para comedor, es un panorama que torna cada vez más imposible sostener las cursadas de manera sistemática e integral.
A su vez, la estructura antidemocrática del régimen universitario de la UNJu quedó en evidencia en las últimas elecciones a consejeros académicos y superiores, sostenido en base a la precarización la gran mayoría de la docencia quedó impedida de votar. La falta de llamados a concursos o la aplicación del Artículo 74° del Convenio Colectivo de Trabajo para la regularización de cargos docentes con más de cinco años de antigüedad como interinos es un impedimento para la expresión de voces disidentes.
Cuando decimos que Milei le declaró la guerra a las y los trabajadores, no solo por el ataque estructural a las condiciones de vida en general sino también porque tiende a reconfigurar la relación de fuerzas con el conjunto de la clase trabajadora atacando las organizaciones de las y los trabajadores, la reforma laboral que profundizará las formas de inserción cada vez más precarias, va contra los derechos conquistados históricamente, los convenios colectivos de trabajos, o el derecho a huelga, además de las acciones macartistas, discursos violentos y fascistas.
Todo esto refuerza la necesidad de recuperar y defender las instituciones de las y los trabajadores no en su forma natural y viciada por las burocracias cómplices de los gobiernos sino para ponerlas en función de la organización y de la lucha independiente. En ADIUNJu tenemos planteada esta tarea, nuestro gremio hace años viene siendo vaciado, venimos de dos periodos de crisis, una directiva que no cumplió su mandato, elecciones anticipadas y ahora una situación de fractura en la Comisión Directiva con renuncias y acusaciones cruzadas de malversación de fondos.
Mientras estos conflictos ajenos a nuestros intereses alejan a las y los afiliados, en un contexto de lucha desgastan y debilitan profundamente a nuestro gremio, a la par vemos una integración de la directiva cada más cristalizada con las autoridades de la Universidad y en un mismo sentido se puede entender el impulso que se da desde el rectorado al gremio propio UTDUJ que responde directamente a la burocracia de Fedun. Son todos intentos de anular, liquidar, suprimir por distintas vías voces disidentes y cualquier tipo de oposición al régimen universitario de la UNJu.
En este sentido es que reivindicamos al calor de la lucha el surgimiento de un sector opositor independiente hoy expresado en la Multicolor (minoría también en nuestra Federación Conadu Histórica) que se plantee la defensa de ADIUNJu frente a una política liquidacionista. Que tenga como objetivo el reagrupamiento docente y la defensa de la Universidad, el sistema científico nacional y la educación pública, lo que a su vez es una pelea que supone enfrentar todo el plan de ajuste del gobierno de Milei, pero que en unidad y coordinación con sectores en lucha, la docencia jujeña, lxs estudiantes, nodocentes, comunidades originarias es un paso fundamental en esa perspectiva.