Sindicales

14/11/2024

El Garrahan no afloja: 21 y 22, a las calles

21, paro y movilización de Congreso a la Legislatura. 22, marcha de antorchas.

secretario general de la Junta Interna de ATE Hospital Garrahan

Lucha del Garrahan.

El Garrahan vuelve a parar el 21 de noviembre, coincidiendo con el día de la enfermería en Argentina, y convoca a una movilización de Congreso a la Legislatura porteña. Al día siguiente (viernes 22) se realizará una marcha de antorchas en el centro porteño. Este plan de acción fue resuelto en una nutrida asamblea general convocada por la Junta Interna de ATE y la Asociación de Profesionales y Técnicos. En ella también participaron representantes del espacio autoconvocado, que es la “tercera pata” del movimiento de lucha que sostiene reclamos comunes desde hace meses en el principal hospital pediátrico de nuestro país.

La continuidad del plan de lucha es una respuesta contundente a la política del Ministerio de Salud y del Consejo de Administración, que un día antes del reciente paro con festival cultural emitieron un comunicado nefasto. En él, no hay respuesta alguna a los reclamos de los trabajadores; muy por el contrario, se ratifica el plan de vaciamiento (no habrá nuevos ingresos)  y privatización (nada de presupuesto público nuevo y planteos de “venta de servicios”). De hecho, la asamblea votó un rechazo a este “plan”.

La lucha continúa a pesar de las maniobras

La continuidad de las medidas de lucha es fundamental, toda vez que el movimiento enfrenta fuertes presiones para desmantelar su filo combativo. Desde sectores de la conducción hospitalaria salen mensajes acerca de la “inutilidad de los paros”. Es un discurso interesado, acorde al deseo del gobierno de normalizar con una derrota el funcionamiento de las instituciones con conflictos. Pero lo cierto es que, para los trabajadores y trabajadoras, no queda otro recurso que ir a la medida más contundente y efectiva -la huelga. Su “utilidad” ha sido demostrada en forma reiterada durante los últimos meses: solo después de los paros apareció el bono de $500.000, que sin resolver el problema salarial fue una notable conquista.

El gobierno lo entendió así -por eso envió el mensaje aleccionador de descabezar al hospital tras su otorgamiento. Naturalmente, ninguna huelga tiene asegurado su éxito de antemano; pero sí podemos afirmar que la derrota será inexorable si bajamos los brazos, como nos plantean en forma interesada. El gobierno está jugadísimo a una política destructiva de la salud pública, que puede causar daños irreparables. Por eso, hay que focalizar donde corresponde cuando se habla de “la afectación al funcionamiento del hospital” que producen los paros. Lógicamente un paro afecta, ¿cómo podría ser de otra manera? Si los responsables de solucionar los problemas que originan esos paros -como salarios de hambre, entre otras cosas-, brindaran respuestas a las demandas, no se llegaría a esa situación.

Pero, especialmente, el daño que está causando al hospital la política de Milei es gravísimo y contra eso estamos parando: no hay peor afectación al “funcionamiento” que estimular la huida de trabajadoras y trabajadores altamente calificados por los malos salarios y condiciones de trabajo. Para peor, están la pronta jubilación de otros, mientras se cierra la puerta al reemplazo de esos trabajadores.

El 21 de noviembre, una oportunidad para el movimiento de salud

La fecha del 21 como escenario de una nueva movilización de salud presenta una oportunidad. De hecho, había sido debatida en una reunión de coordinación realizada en el Garrahan hace algunas semanas. Allí participaron distintas representaciones vinculadas a la enfermería de la CABA, sectores opositores a la conducción de Cicop, del Posadas en lucha y la Fesprosa. Con el Garrahan a la cabeza, podemos apostar a reagrupar a todos los sectores de salud que quieran pelear, desde el Bonaparte hasta residentes. El recorrido (Congreso a Legislatura) apunta a unificar los reclamos nacionales con los de la Ciudad, especialmente de enfermería, que se juega mucho en la pelea por la aprobación del tan ansiado reconocimiento profesional.

Además, están previstas acciones en distintos lugares del país. Mientras la burocracia sindical de la CGT y la CTA deja correr los peores ataques a la clase trabajadora, por abajo podemos empujar en otra dirección. Las banderas del Garrahan pueden ser de mucha utilidad: asambleas sin distinción de tarea o afiliación y salario mínimo igual al costo de la canasta familiar ($1.500.000)

Apoyemos esta lucha y multipliquemos la jornada del 21 de noviembre en defensa de la salud pública.

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