Sindicales

9/1/2023

El jefe de asesores de Alberto Fernández quiere una reforma laboral flexibilizadora

Antonio Aracre, exCEO de Syngenta, manifestó su vocación precarizadora y ajustadora.

Antonio Aracre y Alberto Fernández.

En una entrevista a Radio Continental, el exCEO de Syngenta y actual jefe de asesores del presidente Alberto Fernández, Antonio Aracre manifestó la necesidad de una reforma laboral que flexibilice las leyes del trabajo: un planteo a la altura del ajuste en marcha y de las pretensiones patronales y fondomonetaristas.

“Necesitamos una flexibilización, una modernización de las leyes de trabajo, que permitan generar de manera más fácil nuevas contrataciones, nuevos empleos”, señaló Aracre en vistas a recolocar en la agenda política un tema recurrente de las patronales.

Aracre también se refirió a la “necesidad” de una reforma fiscal para “achicar” el Estado allí donde “no se precisa” su intervención, aunque sin ofrecer mayores detalles respecto a qué institutos y áreas sería las que desmantelaría. Un planteo que se asemeja al de todo el arco derechista

El “gancho” para esta propuesta refritada sería la formalización del trabajo no registrado, que el jefe de asesores calcula en la misma proporción que los seis millones de trabajadores privados formalizados. Algo que no se ha constatado en la práctica y que solo sirve de fundamento para la destrucción de conquistas y derechos laborales.

Para colmo, si alguien pretendiera diferenciar las palabras de Aracre de la política del gobierno se toparía en lo inmediato con lo que está practicando el gobernador bonaerense Axel Kicillof contra los trabajadores de peajes, requiriendo que se multe a la entidad sindical y que se le suprima la personería gremial.

Para esto Kicillof interpuso la presentación correspondiente en el Ministerio de Trabajo con el patrocinio legal del estudio jurídico del presidente de la UIA, Daniel Funes de Rioja.

El que salió al cruce de Aracre fue Pablo Moyano, tildando al funcionario de “gorila” aunque reconociéndose del mismo espacio político que él integra. Moyano es parte de la cúpula de la CGT que no ha impulsado ni una sola acción para enfrentar la aplicación fáctica de la reforma laboral que menciona Aracre en los lugares de trabajo, comenzando con la reciente experiencia de la multinacional Toyota.

Las manifestaciones de Aracre expresan la verdadera orientación de fondo de este gobierno, que es compartida por todo el arco político patronal, desde Juntos por el Cambio hasta los liberfachos de Milei.

La burocracia sindical asiste a este proceso integrada al gobierno nacional bajo el lema de que es necesario bancar este ajuste para que no vuelva la derecha: ajustar con estos para que no nos ajusten otros. Carecen de toda orientación independiente para el movimiento obrero.

La perspectiva de una reforma laboral flexibilizadora y las reformas laborales de hecho deben ser enfrentadas con la organización obrera independiente, como el Sutna enfrentando a las patronales del neumático y al gobierno, o los trabajadores de la salud en la lucha de residentes y concurrentes. Las organizaciones sindicales y centrales obreras deben ser recuperadas para cumplir esta función, y no ser el apéndice “sindical” de un gobierno ajustador y fondomonetarista.

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