Sindicales

28/9/2022|1654

Parazo en el Garrahan

Jueves 29, con marcha al Ministerio de Salud de la Nación.

Delegado en la Junta Interna de ATE Hospital Garrahan.

Fede Imas Ojo Obrero Fotografía

Los datos sobre la magnitud de adhesión al paro del Garrahan son contundentes. El jueves 29, entre las 6 y las 14 hs, el hospital solo atenderá urgencias; se han reprogramado turnos en forma generalizada y cada día que pasa se informan nuevas adhesiones. La medida había sido resuelta en una gran asamblea realizada la semana previa, donde confluyeron los distintos sectores que están impulsando la lucha. Así, el paro está siendo impulsado por distintas autoconvocatorias (de profesionales, por un lado, y de administrativxs y otras categorías bajas, por el otro), la Asociación de Profesionales y la Junta Interna de ATE. Hay dos reclamos que unifican claramente al movimiento: la exigencia de una recomposición salarial del 80% en una cuota para todo el personal, y que nadie gane menos del costo de la canasta familiar, hoy en $192.000.

El deterioro salarial, que viene desde hace años, está causando estragos en todas las categorías. En las más bajas, directamente no se cubre la canasta de pobreza. En aquellas tareas más calificadas no solo retroceden las condiciones de vida; también se produce una sangría de personas que renuncian, pues la recompensa salarial es inferior a la de otras instituciones. Es un principio de descalificación y privatización de la salud pública, pues se va liquidando bajo el peso del ajuste una verdadera “nave insignia” de la pediatría en América Latina.

La respuesta del Consejo de Administración (cuatro funcionarios/as de Nación, uno de Ciudad) fue rechazar los reclamos. Largaron concesiones salariales menores que no solucionan el problema, con el agravante de que buscaron, sin éxito, dividir (a tal sector sí, al resto no). Ahora, emitieron un comunicado reclamando prácticamente que lxs trabajadorxs les demos las gracias por aumentos que, incluso si fueran ciertos, apenas nos dejarían empatados con la inflación. Sin embargo, tampoco es así: la inflación se acumula, mientras las minicuotas de la paritaria firmada sin consulta por UPCN y la burocracia de ATE Nacional aplican siempre sobre salarios viejos. Nada dicen, tampoco, sobre las gravosas pérdidas de años previos, con esta misma gestión (¡7% en plena pandemia!).

El comunicado de las autoridades confirma que no tienen para ofrecer frente al reclamo. Menos saldrá aún de la paritaria de estatales nacionales, cuya revisión se realizará el viernes 30. Tanto UPCN como ATE celebran patéticamente que al empobrecido sueldo estatal nacional se le adelantará alguna cuota de 2023 para 2022 y un supuesto bono para diciembre (!). Para peor, el adelantamiento de cuotas ya fue anunciado para el Garrahan y sigue siendo insuficiente. Festejan una realidad alternativa: en la concreta de las y los laburantes, la inflación devora nuestros ingresos. Cuando empezó el reclamo hace unas semanas, la canasta familiar era 180 mil. Hoy, ya está en 192.

La generalización de protestas en salud, como la de Residentes CABA, que se sumarán a nuestra movilización el jueves, ilustra el estado crítico del sector. La política de recortes del FMI, que se aplica sin grietas en todas las jurisdicciones, es un crimen social que debemos enfrentar. La continuidad de las luchas, su profundización y coordinación es una necesidad inmediata.

En el Garrahan, está planteado reforzar la lucha con la participación de todos los turnos y una nueva asamblea general en la próxima semana.

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