Sindicales
6/12/2024|1691
El Plenario de Trabajadores Jubilados: la organización de la lucha de los adultos mayores
Motor de un movimiento cada vez más masivo.
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Movilización en Plaza de Mayo
El creciente deterioro de las jubilaciones potenciado con la reforma previsional de Macri en diciembre del 2017 planteó para el Partido Obrero el desafío de intervenir en la organización de los adultos mayores. Con la edición de un folleto con el título “Los jubilados sostienen al Estado y no al revés”, redactado por Néstor Pitrola, entramos de lleno en esta tarea.
Con charlas y mesas debate colocamos el programa de fondo: 1. Que la jubilación es el salario diferido. La defensa incondicional del 82% móvil, el aumento automático de los sueldos y la prohibición del trabajo en negro o no registrado plantea una estrecha relación entre trabajadores ocupados y trabajadores Jubilados. 2. Que desde su conquista, se planteó una constante disputa de clase que va desde la utilización de los fondos jubilatorios por los gobiernos como si fueran del Estado y no de los trabajadores, por un lado. Por el otro, con maniobras de retención de aportes obreros y no pago de los aportes patronales o directamente contratando en negro para evadir toda contribución por parte de las patronales.
El frente único
En medio de la pandemia se agudizó la penuria de los trabajadores jubilados. El gobierno de los Fernández (Alberto y Cristina) impuso el congelamiento de la movilidad. Un golpazo a las maltrechas jubilaciones que con Macri habían perdido el 20%. Esto, sumado a la imposibilidad de trabajar, cosa que hacen millones de jubilados porque no alcanza lo que se cobra, colocó la cuestión de encarar un plan de lucha imprescindible.
Con el método de la autoconvocatoria de agrupaciones se fue desarrollando un frente único de acción con caravanas, actos y movilizaciones. Se realizaron planes nacionales de lucha uniendo incluso procesos de reclamos del movimiento por el cobro de las jubilaciones de Chubut, hasta el del 82% de Chaco y los de Córdoba y Entre Ríos con reformas antijubilatorias. Los gobiernos provinciales aprovecharon la prohibición de circular y reunirse durante la pandemia para arrasar con conquistas históricas, aumentando los aportes de los trabajadores y rebajando los haberes.
Este frente único se fue consolidando incorporando la concentración frente al Anexo del Congreso Nacional, que venían haciendo organizaciones más antiguas como la Mesa Coordinadora de Jubilados y Pensionados, como una actividad sistemática y organizadora del plan de lucha nacional, coincidiendo en la necesidad de organizar un masivo movimiento de jubilados fundamentalmente por la histórica negativa de la CGT y de las CTAs de tomar la defensa de las jubilaciones.
Los plenarios
El PTJ (Plenario de Trabajadores Jubilados) tomó la tarea de ir desarrollando la agrupación a nivel de todo el país, incorporando a jubilados de la Anses y a jubilados de las 13 cajas provinciales.
El impulso de la convocatoria a dos plenarios de organizaciones ha sido determinante para que el movimiento de jubilados enfrentara desde el inicio al gobierno de Milei a sabiendas de que venía a culminar el proceso de hundimiento de las jubilaciones, de uso de los fondos y de privatización iniciado por el menemismo y alimentado por todos los gobiernos siguientes.
Las organizaciones de jubilados resolvieron y estuvieron en la primera línea de las enormes batallas libradas contra el DNU 70/23 que contiene en forma destacada el ataque a los jubilados: cese de la moratoria por la que pueden jubilarse millones de trabajadores, en especial mujeres, por no tener completos los 30 años de aportes por haber trabajado en negro; aumento de la edad jubilatoria; anulación del monotributo social que permitía jubilarse a los desocupados por hacer prestaciones en diferentes proyectos de las organizaciones; privatización de las jubilaciones, volviendo a las AFJP.
La brutal represión ejercida contra los mayores fue la demostración clara para el conjunto de la población, incluyendo a quienes votaron a Milei, que venían por todo lo conquistado.
El PTJ propuso la convocatoria al primer plenario de organizaciones que se concretó en abril al que concurrieron un total de 26. Discutió un programa y un plan de lucha basado en enfrentar en la calles al gobierno de Milei, de los gobernadores y al protocolo represivo de Bullrich.
Se discutió sobre el ensañamiento contra los jubilados y el saqueo a la Anses. El no envío de fondos para las jubilaciones provinciales fue exhibido ante el imperialismo, las patronales y el FMI como un trofeo que le permite a Milei pavonearse con su superávit fiscal mayormente basado en un ajuste sobre los haberes. Parte de la caída de la imagen presidencial se viene dando por este ataque constante a los jubilados.
La votación por parte de los partidos patronales incluyendo los peronistas, necesarios en cada maniobra parlamentaria, junto con la negativa de la CGT y las CTAs a encarar una lucha de conjunto contra la motosierra, la liquidación de los convenios, los despidos y el trabajo en negro que vacía las cajas previsionales de aportes, potencian las necesidad de una organización de lucha independiente.
El segundo plenario en agosto aconteció justo el día del veto presidencial contra la ley que establecía un pequeño aumento de $16.000 en los haberes, la consideración anual de los aumentos de sueldo y una compensación si era mayor que el IPC, el pago de los juicios y el envío de los fondos nacionales previsionales a las provincias.
El plan de lucha de movilizaciones, agitaciones, recorridas, exigencia de paro nacional y continuidad fue un acierto colocando a los jubilados como ejemplo incluso para el despertar del movimiento estudiantil que dio el salto con las ocupaciones. “Tenemos que pelear como los jubilados” se planteaba en las asambleas de las facultades.
El PTJ impulsando el plan de lucha nacional contribuyó al desarrollo cada vez más masivo del movimiento, siendo en varias localidades, los únicos interviniendo. Las mesas de firmas y agitación en los lugares más profundos del país, en las puertas del Pami o de la Anses, en plazas o bancos son un motor indiscutido.