Sindicales

14/9/2022|1653

El salario sigue en caída libre

Necesitamos un paro nacional y un plan de lucha

Se deterioran salarios y jubilaciones

Un conocido analista político suele repetir que el destino de todo gobierno está atado a “la evolución del poder adquisitivo del salario”. Si eso fuese así, la suerte de los Fernández debería estar echada. Lejos de la prometida recuperación, el deterioro salarial se profundiza sin freno.

El sector de trabajadores “en blanco y bajo convenio” sumó, hasta ahora, 3 puntos de retroceso a los 17 de la era Macri. Y en el universo cada vez más grande de precarizados, lo que hay es un derrumbe. El deterioro del haber jubilatorio acumula más de 30 puntos desde diciembre de 2015.

En contraste, un informe del Centro de Economía Política Argentina revela que en los primeros meses del año “el costo laboral bajó de 17,8 a 16,7%” y las principales empresas facturaron “un 22% más que en todo 2021”.

El principal mecanismo de esta transferencia han sido las paritarias, que combinan cuotas, sumas no remunerativas y revisiones a lo largo del año, pero invariablemente corren de atrás.

Los recientes acuerdos firmados por Gerardo Martínez en la Uocra (76%) o Abel Furlán en la UOM para la Rama Siderúrgica (65%) contra una inflación anual que llegaría al 90,2%, de acuerdo con el Relevamiento de Expectativas del Mercado que publica el Banco Central, confirman el rumbo general seguido por todas las burocracias.

El dato inflacionario de agosto, 7%, muestra que los precios siguen fuera de control; y aún falta conocer el impacto de los tarifazos y de la aceleración del ritmo devaluatorio pactado con el FMI. La consultora Sarandí, que dirige Sergio Chouza, advierte además sobre la evolución de los precios en dólares para alimentos de consumo masivo (pollo y aceite, 18%; leche, queso y pan, cerca del 14%, etc.).

El aumento por decreto o bono reclamado por kirchneristas y moyanistas que, según trascendió, Sergio Massa se comprometió a resolver a su vuelta de Estados Unidos, apuntaría a atenuar este impacto en los salarios más bajos.

En esa línea, la “ultra K”, la Federación Gráfica acaba de cerrar una revisión que incluye un aumento en varios tramos y sumas no numerativas para las tres categorías inferiores; un 86% total, hasta marzo, que mantiene a toda la escala sumergida bajo la línea de la pobreza.

Asimismo, Camioneros estaría negociando en reserva un adicional de entre 10 y 20%, previo a la reapertura formal de la paritaria, para equilibrar con lo que ya perciben algunas actividades como “transporte de combustibles, de cargas peligrosas o de caudales”.

Los “Gordos” de Héctor Daer y la mayoría de los gremios grandes de la CGT son reacios a un decretazo porque entienden que debilita la centralidad de la negociación paritaria (es decir, de su propio papel de entrega, aunque adelantaron que podría tomarse como adelanto de la negociación para que cada gremio resuelva si lo absorbe y cómo lo hace.

La ingeniería salarial de bonos, cuotas, revisiones y aumentos segmentados busca disimular la destrucción sistemática del ingreso (una de las ventajas que Massa destacó ante los inversionistas en su “gira americana”).

La “desatención” de toda la burocracia sindical de la lucha salarial del Sutna, la más importante de esta etapa, es muy reveladora de su responsabilidad (la raquítica burocracia kirchnerista del Neumático directamente se sumó al coro patronal contra la huelga).

El extraordinario empuje de los trabajadores del Sutna, lo mismo que el paro provincial de la docencia bonaerense convocado por los Suteba combativos y la lista Multicolor, son expresiones profundas de una tendencia que busca abrirse paso. Necesitamos un paro nacional con continuidad, por el salario, las jubilaciones y otras reivindicaciones impostergables. Impulsemos este debate en cada fábrica, escuela y sindicato.

https://prensaobrera.com/politicas/mil-dias-de-gobierno-del-frente-de-todos-y-promesas-incumplidas