Políticas
14/9/2022
En agosto la inflación fue de 7%
Continúa la confiscación de los ingresos de los trabajadores y la destrucción de su poder adquisitivo.
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Edición: Prensa Obrera.
Hoy el Indec dio a conocer los índices inflacionarios del mes de agosto. Para el período, el organismo refiere un 7% de inflación mensual, lo que la mantiene en niveles récord, un 56,4% de acumulado anual y un 78,5% de inflación interanual. Así, continúa la confiscación de los ingresos de los trabajadores y la destrucción de su poder adquisitivo.
Un dato para destacar es que los alimentos aumentaron 7,1% en el mes de agosto, acumulando un 58,8% en lo que va del año y un 80% interanual, lo que hace que el rubro continúe liderando el ranking. Esto se verá agravado en septiembre por el dólar soja. Este beneficio cambiario otorgado a las patronales del agro para que liquiden sus divisas impactará en los precios de los alimentos como la leche, el huevo, el pollo y la carne, alimentos fundamentales en la dieta de cualquier familia trabajadora.
El gobierno viene llevando adelante políticas que le echan nafta a la esclada inflacionaria, en el afán de cumplir las metas fiscales impuestas por el FMI, como los aumentos que aprobados para los precios regulados por el Estado. Es el caso de los combustiles, el cual ya acumula un alza de 69% en el año, y que se traslada a los precios de toda la cadena productiva. También debe incluirse el alza en las tarifas de transporte, prepagas y telecomunicaciones y continuará en septiembre con la segmentación tarifaria (un aumento compulsivo en las tarifas de luz, agua y gas para aplicar un recorte de subsidios).
Ahora, habilitó un aumento del 9% para la harina subsidiada por el Fideicomiso del Trigo, en favor de las molineras, y planea relanzar el fracasado (y burlado por las patronales) programa “Precios Cuidados”, el cual consistiría en dejar afuera un tercio de los productos incluidos en la canasta del programa y que el precio de sus productos constitutivos aumente con una pauta superior a la que se venía dando. Una concesión a los reclamos de las patronales alimenticias y a los supermercadistas.
Hay que sumar también el alza estrepitoso en los precios de las frutas y verduras. Todo esto restringirá aún más el consumo por parte de la población, que según la consultora Focus Market ya registra una caída de 7,3% interanual para el mes de agosto, agravando la recesión.
La inflación es una transferencia de ingresos desde los trabajadores hacia el Estado (el cual recauda más vía impuestos al consumo) y los empresarios. No por nada, por ejemplo, las principales empresas del país han aumentado sus márgenes de ganancia, esto al compás de una caída de los salarios. Las patronales, asimismo, avanzan en remarcaciones de precios sistemáticas en un cuadro de alta volatilidad cambiaria, o en el desabastecimiento directo (una escasa oferta provoca un aumento de los precios). También trasladan a los precios la suba en los costos que acarrea la política oficial de restricción a las importaciones y suba de las tasas de interés.
Mientras tanto, las ultimas paritarias cerraron en torno al 60% con una inflación anual proyectada por encima del 90%. Al gobierno le preocupa el impacto que tendría cualquier rediscusión paritaria en el Presupuesto de ajuste 2023, por lo que busca establecer aumentos por sumas fijas para “ordenar” los reclamos salariales en la línea de la pauta de ajuste del FMI y las patronales, lo que achatará aún más las escalas salariales. La burocracia, por su parte, viene de protagonizar una bochornosa marcha a favor del gobierno y sigue sentada esperando que Sergio Massa los convoque a discutir algún esquema de recomposición salarial.
Esto muestra que es el gobierno el principal y más importante formador de precios, y un promotor de la inflación, que es por ahora su mecanismo preferido para licuar salarios o presupuestos como los de salud o educación, en complicidad con la burocracia sindical. Esto se ve atizado, a su vez, por las permanentes remarcaciones de las empresas, que especulan con la corrida inflacionaria y la devaluación para preservar y acrecentar sus márgenes de ganancia.
Es urgente organizarse y pelear por una recomposición salarial, que ubique el salario inicial en $180 mil y establezca aumentos mensuales indexados a la inflación. La necesidad de un paro nacional seguido de un plan de lucha es total.
https://prensaobrera.com/politicas/otro-decreto-de-ajuste-139-541-millones-entre-recortes-y-reasignaciones