Políticas
6/9/2022
“Dólar soja”: biocombustible al fuego de la inflación en alimentos
Una devaluación encubierta que acabará por impactar en toda la cadena productiva.
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Encarecerá el precio de los alimentos.
Sergio Massa anunció este fin de semana un dólar soja a $200 y ventajas impositivas a los productores con el objetivo de que liquiden las divisas retenidas, en el marco de quiebra de las arcas del Central. Este desdoblamiento cambiario acabará por impactar en toda la cadena productiva de los alimentos. Asimismo, oficia de puntapié inicial para que el resto de los sectores pugne por una devaluación.
El traslado del precio del dólar soja a la venta del producto encarecerá el alimento de los animales y los productores trasladarán ese costo al producto final, aumentando el precio de la leche, la carne, el huevo y el pollo principalmente. Esto ya salió de la boca de los principales voceros de las cámaras avícolas.
Cabe destacar que estos alimentos ya percibieron un alza enorme en sus precios producto de la corrida inflacionaria. A esto hay que sumarle la emisión monetaria extra que se necesita para llevar adelante este nuevo esquema cambiario, por el pago de millones de dólares a un precio más caro, lo que recalentará la inflación.
El gobierno le otorgó beneficios cambiarios y ventajas impositivas a las patronales de la soja que presionan por una mayor devaluación reteniendo la cosecha, puesto estaba poniendo contra las cuerdas las metas del FMI, tanto de acumulación de reservas como fiscales. Esto abre camino a que otros sectores hagan lo mismo, por lo que no sería extraño que lo que ahora genera venta de soja, el mes que viene sea motivo para retener otros cereales y amenaza con impactar en el resto de los sectores, lo que apuntala una depreciación del peso más generalizada.
Así, tomaron nota los industriales, como es el caso de la industria del vino, y pugnan por mayores beneficios: reclaman que se eliminen las retenciones de 4,5% que gravan las exportaciones del sector y exigen un “dólar malbec”. También lo hicieron las cámaras lecheras, alegando que quieren un régimen similar sobre todo porque se viene un aumento importante de la exportación anual. La cámara de panaderos, por su parte, amenaza con llevar el precio del kilo de pan a $450 si no se mantiene el subsidio para la harina y las molineras pugnan por la eliminación de este ¿el gobierno también cederá a todas estas extorsiones?
Además, si bien aumentó la liquidación de la cosecha, las patronales agrarias no dejarán de presionar por una mayor devaluación y exenciones tributarias. De hecho, no se hicieron esperar las quejas provenientes de distintos sectores del campo sobre que el precio de la tonelada de soja aún no se equipara al de los países limítrofes. Cuestionando además que la medida es transitoria, no incluye una rebaja en las retenciones y no se hace extensiva al conjunto de los cultivos. En tanto, la población pagará esta medida con sus ingresos y sus condiciones de vida.
Mientras el gobierno le ofrece a las patronales del agro un tipo de cambio 40% más favorable que el actual, aprieta el torniquete del cepo al dólar para la población que solo quiere preservar su poder adquisitivo. En tanto, el salario mínimo no llega a cubrir ni la mitad de la canasta de pobreza.
Es por este motivo que se seguirá perpetuando la ya pronunciada caída en el consumo, sobre todo en el rubro de Alimentos, habiendo presentado un declive del 9,3% intermensual para el mes de julio y demostrando que la tendencia creciente del hambre en el país tiene a los trabajadores como sus principales víctimas.
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