Días después de las PASO, las asambleas de los trabajadores de los medios públicos afiliados al SiPreBA (Télam, la TV Pública y Radio Nacional) se posicionaron por una votación en primera vuelta en favor del candidato de Unión por la Patria, Sergio Massa, y reclamaron idéntico posicionamiento a la conducción del sindicato. Lo hicieron ante las PASO que arrojaron como resultado un triunfo de Javier Milei quien, en su campaña, aseguró que en caso de ser presidente dará cierre a los medios públicos comprometiendo miles de puestos de trabajo.

Días después, la Comisión Directiva del sindicato ratificó esa postura con 18 votos a favor y cinco en contra. Además se resolvió la convocatoria a una asamblea general para considerar esa decisión. La asamblea, sin embargo, se realizó en un escenario diferente en tanto se convocó para después de las elecciones generales y en el marco de la campaña hacia el ballotage que disputarán Sergio Massa y Javier Milei.

La Naranja de Prensa rechazó en ambas instancias el posicionamiento del sindicato en favor de cualquier alternativa electoral. Lo hicimos en defensa de la independencia y la unidad del sindicato cuya función es la de defender a todos los trabajadores frente a los ataques de las patronales y el Estado.

Un posicionamiento político electoral, señalamos, implicaría la ruptura de la conducción con relación a una parte de la base de sus trabajadores que vienen de experiencias y concepciones político partidarias diversas. En la asamblea, nuevamente, reclamamos velar por la independencia del sindicato y la unidad de los trabajadores rechazando un encuadramiento del sindicato.

Allí señalamos que la independencia del sindicato con relación a los partidos patronales no significa omitir posicionamientos políticos frente a hechos que pudieran implicar una ofensiva contra la clase trabajadora.

De hecho, recordamos que fue la misma Naranja de Prensa la que, dos semanas antes de su firma, mocionó en Comisión Directiva, rechazar el acuerdo con el FMI que se aprestaba a firmar Martín Guzmán y el gobierno del Frente de Todos. En nombre de no romper vínculos con el gobierno, por mayoría, se desestimó un pronunciamiento al respecto. Ha sido el ajuste que ese acuerdo implicó lo que explica en gran parte el ascenso de variantes fascistoides como la que encarna Javier Milei.

Ese pronunciamiento hubiera sido un aporte para poner un freno al ajuste y, de esa manera, al ascenso de variantes de extrema derecha ante el evidente fracaso del gobierno. No hacerlo para privilegiar los lazos con el gobierno resultó funcional al ascenso electoral de la derecha, del mismo modo que lo hizo la tregua que la CGT le ofreció al gobierno durante los cuatros años en los que avanzó el ajuste sobre los trabajadores.

Lejos de revisar esa política, la mayoría de la Comisión Directiva, optó por reforzar su integración al gobierno y al bloque sindical kirchnerista en la CGT, llegando al extremo de involucrar al propio sindicato con un llamado explícito a votar a Sergio Massa incluso antes del escenario de ballotage.

Al mismo tiempo se buscó instalar la idea –algo similar hace el equipo de campaña del ministro candidato– de que lo que está en juego es una disputa entre la democracia y el fascismo. Pero no alcanzan las alianzas políticas de Milei con Vox o con Bolsonaro para instalar un régimen fascista en la Argentina. Para eso debería reunir apoyos políticos que hoy no tiene y, por el contrario, se fueron hacia la candidatura de Massa.

El rechazo a Milei y el respaldo a Massa se fue expresando en comunicados de la asociación de bancos, del presidente de la Corte Suprema, Horacio Rosatti, y de los despojos de Juntos por el Cambio. Massa y la coalición oficial impulsan una unidad nacional para garantizar el acuerdo con el FMI en una política que involucra a sectores que van desde el FMI, la embajada norteamericana, la asociación de bancos, las viudas de Juntos por el Cambio, la UIA, la Corte Suprema hasta la burocracia sindical de la CGT.

En la asamblea, la Naranja de Prensa alertó sobre el carácter divisionista de la base del gremio de la propuesta de la conducción y de los intereses sociales y políticos que se agrupan detrás de la unidad nacional que promueve Massa que no están exentos de ajuste, como lo evidenciamos los trabajadores de prensa en estos cuatro años de gestión del gobierno de Alberto Fernández ni de represión como lo vivieron los ambientalistas y docentes en Chubut con Arcioni o con Gerardo Morales, el amigo de Massa en Jujuy y pieza clave en su operativo de unidad nacional.

En el medio, ya se han sumado las voluntades de las grandes patronales de medios que van desde el titular del grupo Octubre, Víctor Santamaría, hasta el mismísimo CEO del grupo Clarín/AGEA, Héctor Magnetto. Todos ellos responsables del brutal ajuste que pesa sobre los trabajadores de prensa.

Ante la persistencia de la mayoría de la conducción en presentar una moción de integración al massismo, la Naranja de Prensa, junto con otros sectores que manifestaron su voluntad de preservar la independencia del SipreBA, contrapropuso una moción que, a la vez que garantizaba una posición unitaria de los trabajadores en defensa de los puestos de trabajo y los medios públicos, velaba por la independencia del sindicato con relación a un posible futuro gobierno de Unión por la Patria. La moción votada por minoría agrupó a poco menos del 20% de la asamblea con compañeros y compañeras de la Editorial Perfil, Página/12, Tiempo Argentino, El Cronista Comercial, Bae y La Retaguardia, entre otros.

La independencia del sindicato se pondrá a prueba más temprano que tarde ante el ajuste que, gane quien gane, buscarán imponer sobre los trabajadores. Rectificar el rumbo será una tarea que recaerá sobre los trabajadores, los delegados y delegadas combativos e incluso sectores de la Comisión Directiva. En defensa de todos los trabajadores de prensa y sus condiciones de vida y trabajo, apostamos a eso.

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