Al momento del cierre de este periódico se debatían los últimos detalles de la presentación de la lista Granate en Foetra que agruparía a cinco o seis agrupaciones de oposición a la directiva de Iadarola y Marín, transformada crecientemente en los últimos años en un agente de viabilización del tercerismo, de la flexibilización y el deterioro del salario.

Un gremio combativo de enorme historia ha sido desmovilizado. Todas las fracciones de la burocracia sindical están integradas al gobierno, y la de Foetra no es excepción, pero se destaca en adaptarse a las ofensivas antiobreras de las patronales más poderosas y de mayores ganancias del país.

La Naranja Telefónica hace un trabajo sistemático de organización y denuncia alrededor de cada reivindicación y también de la reparación de la Participación en la Ganancias, violentada por las patronales desde los ’90 hasta la fecha.

El frente Granate-Blanca conquistó la minoría en las elecciones pasadas. Para formar lista y votar un programa, nuestra agrupación propuso asamblea de delegados y activistas que no fue aceptada por el resto de las agrupaciones. Al mismo tiempo, contribuimos al frente con 60 candidaturas, el mayor número de todos los participantes. Desde ese lugar, propusimos que las corrientes del clasismo, que hicimos una gran actividad con 110 activistas en apoyo al FIT Unidad, encabecen la lista para dotar a la Granate de un perfil definido a la lista opositora.