Sindicales
30/6/2020
Fast food: una juventud precarizada con larga historia
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Combo de Lucha
La cuarentena agravó la precarización laboral con la que lxs trabajadores de fast food nos encontramos al llegar a nuestros locales, e hizo más visibles situaciones que preceden largamente a ese 19 de marzo en que esta comenzó.
Las condiciones de maltrato y de vulnerabilidad que vivimos en los locales no son novedad ni para quienes allí trabajamos ni para lxs clientes. Tampoco que aquellas se apoyen en la consideración del trabajo de servicios rápidos como un empleo "al pasar", y no como uno fijo, o muchas veces como una “changa” para jóvenes -es decir, en la consideración de los empleados como descartables.
Los horarios rotativos y el traslado continuo a distintas tiendas; la sexualización de lxs compañerxs (sobre todo en las mujeres, donde muchas veces se las obliga a ir maquilladas); la multifunción de preparar alimentos, atender la caja, volantear en vía pública, limpiar baños y un largo etcétera, que llega hasta obligarnos a realizar tareas de mantenimiento (¡y hasta ¡arreglar baldosas en la vía pública!) son rutinarios en nuestras jornadas laborales.
Párrafo aparte lo tiene nuestro salario, que con la cuarentena y el pago del programa ATP, se ha demostrado que roza el salario mínimo, vital y móvil, y que no sirve ni para pagar el alquiler de un departamento.
Lejos de ser una ayuda al trabajador, el ATP es un subsidio a la empresa, que supuestamente representaría el pago del 50% de nuestro salario. Decimos supuestamente porque nuestro sueldo es tan bajo que las patronales decidieron que equivalga al 100% de estos, y en algunos casos hasta porcentajes mayores. Con esto, las empresas se ahorran decenas de millones. En muchos casos, esta plata que utilizarían para el pago de los sueldos, la usan para pagar los despidos encubiertos en retiros voluntarios. Por eso señalamos que los recursos de la caja del Anses no pueden estar al servicio del rescate a los grandes grupos capitalistas, y que las empresas deben hacerse cargo y pagarnos el 100% de nuestros salarios. Cualquier ayuda estatal debe estar dirigida a los trabajadores, y no a estas multimillonarias cadenas.
Precarización en la juventud
Lamentablemente, estas empresas son reconocidas por ser las “mejores” en dar oportunidades para un primer empleo. Esta es una faceta más de la precarización que se vive en la juventud, donde nos vemos condenados a empleos con sueldos miserables y totalmente precarizantes.
Pero no es casualidad que caigamos en estos laburos. El nivel de desocupación en la juventud es altísimo, con lo que la búsqueda laboral se hace imposible si se buscan condiciones laborales dignas y salarios estables. Ante estas situaciones, los locales de comida rápida aparecen como opción para poder cubrir las necesidades básicas, ayudar a la familia o simplemente poder tener los apuntes y elementos para poder estudiar.
La ecuación que utilizan estas empresas es sencilla: con la contratación de mano de obra barata y trabajos altamente precarizantes (que llevan a que las licencias psiquiátricas por las situaciones de estrés sean rutinarias) garantizan enormes ganancias y renuncias sistemáticas, que evitan el pago de indemnizaciones.
Poco abarcamos si entendemos este problema como “empresas malas que se aprovechan de la juventud”: la complicidad de los gobiernos y el sindicato de Pasteleros está muy presente, cada vez que tenemos que hacer “malabares” con nuestros salarios para llegar a fin de mes.
El papel de la burocracia
El sindicato de Pasteleros es una pieza clave para que las empresas “hagan los que quieran con nosotros”. Lxs compañerxs continuamente afirman que más que un sindicato, parece una oficina de turismo; al llevarles denuncias y comunicarles irregularidades, el gremio responde su opinión y, lejos de organizar a lxs compañerxs y realizar un plan de lucha, nos “guía” para realizar acciones individuales, como enviar telegramas que nos dejan expuestos a futuros despidos.
Desde acuerdos paritarios a la baja en el kirchnerismo, a viajar a Europa con Jorge Triaca y apoyar la reforma laboral que intentaba imponer el macrismo, hasta ir a la asunción de Alberto Fernández, el sindicato continúa con su política de apoyo al gobierno que esté de turno y de entrega de nuestras conquistas laborales.
Los intereses que defiende la conducción del sindicato son los del Estado y las empresas. Lejos de convocar asambleas de base y sentarse a discutir un programa que defienda nuestros reclamos, han coqueteado con cada gobierno y han dejado pasar cientas de denuncias, firmando acuerdos con las patronales para que sigan manteniendo su volumen de ganancia.
Amigos de quien esté sentado en el sillón de la Casa Rosada, nuevamente prometen seguir tomando todas las medidas necesarias para contener a lxs trabajadores y seguir alimentando su burocracia, para mantener la conducción del gremio que los tiene al frente hace décadas.
Hoy en día, luego de que hayan firmado una acuerdo con el Estado y las patronales (a espaldas nuestras), que nos recorta un 30% de nuestros salarios, nos encontramos nuevamente a la deriva con salarios de miseria y alta exposición a contagios. Día tras día se conocen decenas de nuevo compañerxs que contraen coronavirus, y ni al sindicato ni a los gobiernos nacional y provinciales parece importarles si recibimos todos los elementos de higiene, y si es efectivo el protocolo que hemos denunciado anteriormente en Prensa Obrera.
Sin delegados gremiales, ya que la democracia sindical es inexistente, nos encontramos sin representatividad y sin respuestas por parte del gremio que conduce Luis Hlebowicz, que solo aparece en conflictos pequeños para justificar una presencia falsa en las luchas obreras.
Por una salida independiente
La organización de lxs compañerxs de fast food, en una agrupación independiente del gobierno, las burocracias sindicales y las patronales, representa la única salida para conseguir una respuesta a nuestras demandas.
Rompamos con los acuerdos que el sindicato impone a espaldas nuestras, realicemos asambleas y comités de seguridad e higiene en cada lugar de trabajo para garantizar nuestras condiciones laborales y de salud.
Desde la agrupación Combo de Lucha, lanzamos nuestra nueva campaña de 5 puntos, donde nos proponemos llevarla a cada lugar de trabajo y ser un canal de lucha y organización para todos lxs que trabajamos en fast food.
Organizate con nosotrxs y suma tu denuncia en el relevamiento que reproducimos al final de esta nota.
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