El protagonismo ganado por Ademys en los últimos años enfrenta desafíos fundamentales de los cuales depende pueda actuar a la altura de los requerimientos de la realidad de la docencia. Reconocido como “sindicato que lucha”, su desafío es, como se ha logrado en oportunidades, el impulsor de la lucha y la movilización y no furgón de cola de la burocracia kirchnerista de UTE.

Ademys, junto a toda la docencia, ha sido vanguardia en la lucha por la titularización masiva en media y superior y contra la reforma del estatuto, lo mismo en el plan de lucha en curso por el salario, el vaciamiento de Obsba y la jornada laboral de lunes a viernes, por eso fueron sumariados y sancionados compañeras y compañeros delegados y del Consejo Directivo. Ademys tiene el desafío de un salto político y organizativo hacia un sindicato de masas y no un mero reagrupamiento de “izquierdas”, un sindicato dirigido por el clasismo y al mismo tiempo masivo en las escuelas. Un Ademys capaz de enfrentar la ofensiva del gobierno de Larreta y Acuña, capaz de enfrentar el ajuste contra la educación que baja desde el gobierno del Frente de Todos y el FMI en cascada en todas las provincias del país.

Un cambio en Ademys

La referencia política conquistada por Ademys en el último período no se tradujo en un crecimiento organizativo. La cantidad de afiliadxs está estancada, no tenemos un cuerpo de delegadxs representativo y sabemos que muchxs compañerxs ven al sindicato alejado de las escuelas. Para una conducción antiburocrática que tiene como una de sus banderas la democracia sindical y la participación activa de los trabajadores esto debe ser una señal de alarma.

Para Tribuna Docente esta preocupación es central y desde nuestros lugares en el Consejo Directivo venimos planteando iniciativas que apuntan a fortalecer la organización de las escuelas y abrir canales de participación. Desde la Secretaría Gremial, editamos el Manual del Delegadx (el primero que tuvo nuestro sindicato) para darle herramientas gremiales y políticas a todxs lxs compañerxs que juegan un papel de referentes en sus escuelas y avanzar en la estructuración de un verdadero cuerpo de delegadxs. Es así que en estos últimos meses hemos impulsado elecciones de delegadxs en varias escuelas, acompañando con la logística, la fiscalización y la elaboración de las problemáticas. Con la misma intención creamos la calculadora de salarios y organizamos charlas y talleres sobre la reforma del estatuto buscando aportar a la conciencia de todo el gremio frente a los desafíos que enfrentamos.

Desde la Secretaría de Asuntos Pedagógicos, que nos tocó asumir hace unos meses como consecuencia de la renuncia de tres compañerxs de Lista de Maestrxs, definimos abrir la revista Tiza en Mano al conjunto de lxs afiliadxs, corrigiendo una situación de apropiación de la revista por parte de un grupo particular. Además, venimos aportando reflexiones frente a las fechas patrias, las políticas educativas, la situación de la niñez y demás temas que forman parte de los debates dentro de las escuelas. De conjunto, apostamos a romper con un funcionamiento del sindicato parcelado entre distintas agrupaciones que dispersa la energía del activismo y bloquea un involucramiento de más docentes en la construcción cotidiana.

Aparatismo y rupturismo

No vemos hoy la misma preocupación por parte de la agrupación que encabeza el sindicato. Pareciera que Lista de Maestrxs/IS está más preocupada por defender su porción de poder que por lograr que Ademys pegue el salto político y organizativo que necesitamos. El aspecto más negativo de esta lógica de autopreservación se vio en la asamblea de Junta Electoral, cuando Lista de Maestrxs, junto con la 9 de Abril/PTS, impuso una mayoría ajustada para impedir una representación proporcional de todas las corrientes dentro de la junta. Es una política contraria incluso al espíritu del estatuto de Ademys que establece una forma de representación proporcional en su Consejo Directivo. La continuidad de esta política fue la presentación unilateral de un frente Lista de Maestrxs-9 de Abril mientras discutíamos la conformación de un frente único multicolor.

La confluencia de Lista de Maestrxs con el PTS contra la mayoría de las agrupaciones de la Multicolor va en el sentido contrario al que consideramos que debe ir nuestro sindicato. A lo largo de toda la experiencia multicolor, el PTS siempre fue la expresión más conservadora y más desinteresada por desarrollar una organización real de la docencia. Según el momento, ven a Ademys como una herramienta de presión sobre la Celeste de UTE o como una plataforma de proyección electoral. Esta concepción anula la posibilidad de que Ademys encabece una lucha docente contra el gobierno y en nombre de la unidad nos lleva a subordinar la acción del sindicato a lo que se pueda acordar con la burocracia de UTE. Sin embargo, la experiencia reciente nos muestra que cuando Ademys tomó la iniciativa y se la jugó a organizar la acción docente (12 de mayo, 22 de septiembre) terminó arrastrando a la UTE e impuso paros masivos.

La conformación de las listas para las próximas elecciones está atravesada por estos debates. La caída salarial, la imposición del trabajo los sábados, el vaciamiento de nuestra obra social, el ataque al estatuto, la falta de titularizaciones, los manejos en los actos públicos y la militancia antidocente de Soledad Acuña colocan a Ademys ante un gran desafío. El reconocimiento que ganamos en los últimos años es un punto de partida, pero para quebrar la ofensiva del gobierno hace falta un salto político y organizativo, que requiere un frente único y una política de organización y de lucha. En ese sentido denunciamos la presentación rupturista de Lista de Maestrxs y la 9 de Abril y llamamos a poner en pie un frente único que tenga como eje la defensa de un sindicato independiente, democrático, participativo y de lucha.

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