Tras reunirse en la sede de la Uocra para discutir sobre los anuncios económicos que hizo el ministro de Economía Luis Caputo, la CGT emitió este miércoles un comunicado titulado “no es la casta, el ajuste lo paga el pueblo”, en el que critica la política del gobierno nacional pero no llama a enfrentarla. Un saludo a la bandera.

Los cuatro párrafos del texto están recargados de demagogia y pusilanimidad. Después de afirmar que el plan oficial “generará una fuerte aceleración del proceso inflacionario que dinamitará el poder adquisitivo de los salarios de los trabajadores”, la central reclamó al gobierno “una convocatoria al diálogo” porque “sigue siendo nuestra vocación contribuir a la gobernabilidad”.

¿Asambleas en los lugares de trabajo para discutir cómo hacer para derrotar el Rodrigazo de Milei y la clase capitalista? ¿Para evitar que pasen los despidos en el ámbito estatal y en el sector privado? Nada de eso. Por el contrario, la burocracia sindical peronista se apresta a sostener a Milei y su gobernabilidad antiobrera.

Incluso llega al absurdo de decir que sin “una política de ingresos ejercida a través del libro ejercicio de las negociaciones paritarias”, millones de argentinos quedarán sumidos en una situación socioeconómica desesperante. Sin embargo, tampoco organiza una lucha por la reapertura de las paritarias.

La tropa de Daer, Acuña y Moyano es responsable de la caída histórica que han sufrido los salarios. En cuatro años de gobierno de Fernández y Massa no ha hecho ni un solo paro general; se dedicó a fungir como lobista de las patronales y los gobiernos al interior de los sindicatos.

Entretanto, el cuadro que se configuró, desde el punto de vista de los trabajadores, es catastrófico: el salario mínimo en diciembre se ubicó en $156.000 cuando la canasta alimentaria en octubre fue de $345.295, y el salario promedio de los trabajadores estables llegó en diciembre a $420.706 (aunque de conjunto los aumentos de alimentos superaron los aumentos de salarios y la canasta está subestimada porque no tiene en cuenta por ejemplo el costo del alquiler) cuando en noviembre la canasta llegó a los $400.000 (no obstante, se descuenta que con la devaluación de Milei y Caputo ese salario quedará por debajo de la canasta). Más en general, casi la mitad de la población es pobre.

Por otro lado, la CGT fue responsable del ascenso de Milei, ya que maniató al movimiento obrero y dejó que el gobierno de Massa y CFK descargara la bancarrota capitalista sobre sus espaldas.

Mención especial merece la CTA Autónoma, que llamó a la “unidad de los trabajadores”. Hugo Godoy, su secretario general, dijo que la central “defenderá los puestos de trabajo” y criticó el saludo del FMI a las medidas del gobierno. Pero, en la misma sintonía que la CGT, no resolvió impulsar medidas de acción para defender a los trabajadores. Está durmiendo el sueño de los justos en un contexto donde se multiplican los anuncios de despidos en el ámbito estatal.

El Plenario del Sindicalismo Combativo, que agrupa a distintas corrientes sindicales, ha llamado a movilizar este 20 de diciembre a Plaza de Mayo contra ajuste de Milei y sus cómplices, una movida cuya convocatoria fue lanzada por el Frente de Lucha Piquetero en un plenario realizado en Plaza Lezama. La iniciativa se votó en distintos organismos como plenarios o asambleas. Se trata de una modalidad antagónica a la de la CGT y las CTAs, que se reúnen de espaldas a sus bases y no abren instancias de deliberación en los gremios.

Que la CGT y las CTAs convoquen a un paro activo nacional urgente para derrotar el plan motosierra de Milei.

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