Sindicales
14/5/2025
La lucha de municipales de Córdoba se abre paso ante un nuevo capítulo del ajuste de Passerini
El intendente lleva a fondo la motosierra de Milei, es necesario la unidad de los trabajadores en un frente único por todos los reclamos.

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Municipales de Córdoba reclaman recomposición salarial.
Mayo inició con un plan de lucha municipal que pone en evidencia la disposición del movimiento obrero a defender el salario cuando se lo convoca. Prácticamente terminando el mes de abril, la comisión directiva del Suoem informó al cuerpo de delegados que el pase a planta de los precarizados 2020 debería seguir esperando ya que el intendente, Daniel Passerini, haciendo gala de “mileísmo explícito”, había señalado que “no hay plata”: ni para recomposición salarial ni para pase a planta transitoria, como mínimo hasta agosto.
La reacción del cuerpo de delegados fue unánime en relación a acordar un plan de lucha progresivo, con asambleas de 2 horas por turno en cada repartición, cese de horas módulo (horas extras por un valor inferior) e iniciativas sectoriales que colocaron a los municipales en las calles.
Durante 2024 y 2025 no hubo paritaria, sino porcentajes “a cuenta de” la inflación acumulada. Las últimas recomposiciones fueron en la previa de la elección para renovación de comisión directiva, cuando Passerini otorgó un 4% con el salario de febrero, un 2% en planilla suplementaria durante marzo y un 3% con el salario de marzo. Y luego cerró el grifo para anunciar que “no podía dar más recomposición hasta agosto”, dejando la brecha en prácticamente 18 puntos de pérdida salarial contando hasta abril.
Por otro lado, y al amparo de una ordenanza de emergencia aún vigente, la intendencia ha facilitado la contratación por fuera de convenio de una enorme masa de precarizados a los que paga becas de miseria, cuyas becas y monotributos nunca equiparan el salario municipal. Dependiendo del tipo de tarea que realizan, oscilan entre $ 400.000 y $800.000, sustituyendo trabajadores de planta en áreas estratégicas. En los hospitales municipales, por ejemplo, 1 de cada 2 trabajadores es monotributista: enfermeros, médicos, camilleros, laboratoristas, etc. La consecuencia de esta política precarizadora es el vaciamiento de las reparticiones y la pérdida de tareas y funciones, la inseguridad laboral, el desfinanciamiento de la Caja de Jubilaciones y el Apross, y la injerencia de empresas privatizadas con las cuales el municipio hace negocios.
Finalmente, el Suoem también levanta la voz contra el ente de fiscalización y control que avanza en áreas estratégicas del municipio, en una clara muestra de hacia dónde se orienta la gestión política de Passerini. En este punto, señala que los funcionarios que pasaron a ser directivos del Ente no son parte de la municipalidad y por tanto “atender las órdenes emanadas de autoridades que no son municipales constituiría una grave falta estatutaria, pasible de sanciones”. El argumento normativo sirve para poner en evidencia que la municipalidad crea el ente para que el presupuesto no pase por los controles del Tribunal de cuentas y pueda disponer a discreción contrataciones directas, sin licitaciones ni controles de precios, abriendo el paso a negocios espurios de cualquier magnitud.
Hasta aquí la disposición a la lucha está demostrada: en cada escuela, centro de salud, hospital, CPC y repartición municipal está claro que los municipales vamos a defender el salario y a exigir una recomposición salarial que permita enfrentar una política de ajuste que se prolonga en el tiempo: no hablamos solo de Passerini, sino también de su antecesor LLaryora, que hoy gobierna la provincia.
Esta disposición a la lucha requiere para triunfar la confluencia con otros sectores estatales que hoy están dando la misma batalla por la recuperación salarial y contra los despidos en otros frentes: nos referimos a los docentes de UEPC capital que exigen la reapertura de paritarias, a los judiciales autoconvocados que han puesto en pie una organización que hace temblar el Salón de los Pasos Perdidos, los químicos de ATE, los trabajadores del Sutna, los jubilados que marchan cada miércoles en la plaza San Martín. Todos estos sectores en luchas marcan el camino hacia la huelga general como único horizonte posible para derrotar el ajuste de quienes nos gobiernan, como lo hicieron quienes nos precedieron un 29 de mayo en la gesta histórica que se conoció como el Cordobazo.
