Los trabajadores del Biológico (IB) abrazaron masivamente el Instituto para rechazar el proyecto de “sociedad Estado”​que el ejecutivo envió ​ a la Legislatura bonaerense y que es impulsado por el kicillofista ministro de Salud, Nicolás Kreplac. ​Como bien se denunció en la concentración, abrazo y asamblea, el gobierno del Frente de Todos desempolvó un viejo proyecto que pone al Instituto Biológico a merced de los laboratorios privados y que ataca las condiciones laborales.

​El rechazo masivo​ tiene un enorme valor porque pone un freno a la privatización y ajuste de la salud pública. Como sucede con el Astillero Río Santiago (ARS) , son los capitales privados y ​los bonistas los que​ quieren garantías para el pago de la fraudulenta deuda externa: con​ la “reconversión” de las empresas y organismos estatales en sociedades de Estado y anónimas el ​Estado busca desligarse ​ del​ sostenimiento presupuestario.

Los carteles ​ en el abrazo denunciando la privatización de la salud y los cánticos de los trabajadores​ para ​ “Que se vayan Todos” confirman la conciencia colectiva que existe​ sobre la magnitud de este ataque y​ la responsabilidad compartida entre el ​ gobierno y la oposición derechista en esta política privatista. El proyecto de Kreplac precariza el trabajo,​ fija contratos de “hasta cinco años”, saca​los trabajadores de la ley 10430, elimina la conquista de la insalubridad y alarga la edad jubilatoria. La “sociedad de Estado” es otro ajuste en marcha que negocian los nacionales y populares con los neoliberales previo a la presentación del presupuesto provincial 2022.

​El apoyo a la​ Sociedad de Estado es otra agachada cómplice de​ la burocracia de ATE, ​ gran ausente en este abrazo masivo al Instituto​ Biológico. Kicillof y Kreplac siguen el libreto de todos los privatizadores: se convalida la asfixia presupuestaria​ después de años de​ falta de inversión en insumos y aparatología,​ amputación del Instituto con la quita de las funciones de la Dirección de la Oficina de Alimentos en tiempos de Vidal que continúa hasta el​ día de hoy ,​ y trascartón se chantajea con la ​ la asociación con los laboratorios privados como una salida “reactivadora”. En verdad es la consumación del vaciamiento y​ desinversión estatal​​ unida a la reforma laboral.

​A pesar que el​ IB ​es​ un instituto de excelencia para la producción de vacunas, sueros y control de alimentos, Kicillof le retiró la producción de alcohol en gel para entregársela a una marca privada en plena pandemia. Otro ataque a quienes estuvieron y están en la primera línea de la lucha contra la pandemia. Las burocracias kirchneristas que defienden las “políticas públicas” del gobierno provincial tienen que dar cuenta de esta ofensiva​ privatizadora, de los subsidios estatales​ a tasa cero a los capitalistas de la salud con los aportes de los afiliados al Ioma (la obra social estatal) , y del decretazo del gobernador desconociendo los reclamos​ de los profesionales de la salud que están realizando un gran paro en los hospitales bonaerenses.

​La lucha del Instituto Biológico es de enorme interés para​ todos los trabajadores de la salud​ y la clase obrera , y un gran impulso a la resistencia de los trabajadores autoconvocados del Astillero Río Santiago contra la “sociedad de Estado” y cambio de figura jurídica para el ARS que​ ya tiene media sanción en la Legislatura con el voto conjunto del Frente de Todos y los legisladores cambiemitas. Estos proyectos​ antiobreros para el IB y para el ARS alientan a la derecha, que por boca de Martín Tetaz pidió la privatización lisa y llana del Astillero.

​El Partido Obrero en el Frente de Izquierda Unidad y el clasismo presente en el abrazo a través del combativo Suteba Ensenada rechazan​ las sociedades de Estado privatistas al servicio de los capitales privados.​Inmediato aumento de presupuesto de salud y partidas para el instituto Biológico para financiar todas las necesidades y carencias en materia de insumos, condiciones edilicias y de producción. Abajo la reforma laboral en Salud.