Sindicales

13/8/2024

¿Libertad sindical o sindicatos intervenidos?: el gobierno busca avanzar contra las organizaciones obreras

Diputados oficialistas y aliados discuten en el Congreso distintos proyectos de intervención estatal en los sindicatos.

Gerardo Martínez junto Guillermo Francos.

El gobierno nacional y las fuerzas políticas patronales que lo acompañan impulsan en el Congreso de la Nación la discusión de diversos proyectos de ley de intervención del Estado sobre la organización sindical de los trabajadores, violentando el principio de libertad sindical tras el mote de una supuesta “democratización de los sindicatos”. Ninguna libertad verdadera vendrá de la mano de la intervención  de los políticos patronales en los sindicatos.

Se trata de distintos proyectos presentados por legisladores del PRO, la UCR y la Coalición Cívica para su tratamiento en la Comisión de Legislación del Trabajo presidida por Martín Tetaz (radicalismo), con el supuesto propósito de ponerle límites a la burocracia sindical “ampliando la participación democrática” en los gremios.

Estas iniciativas toman la orientación oficial  de reformar el modelo sindical vigente para poder intervenir en la conformación de los órganos directivos sindicales, limitar mandatos y establecer mecanismos de convocatoria a elecciones y avanzar en cuestiones pendientes de la reforma laboral como la eliminación de los “aportes solidarios” –una caja que favorece a la burocracia de los sindicatos- y la ultraactividad de los convenios colectivos de trabajo, entre otras cosas.

Que la discusión provenga de sectores con nula y/o escasa representación sindical también habla mucho de su contenido, en cuanto se trata de sectores que de ninguna manera reivindican la acción independiente de los trabajadores y su libertad de organización contra los elementos cooptados por las patronales que se han adueñado de sus organizaciones sindicales. Más todo lo contrario, se encuentra enfrente de todos y cada uno de los conflictos obreros habidos y por haber.

El gobierno y sus aliados buscan la forma de intervenir en las organizaciones sindicales para vaciarlas de contenido y controlar a una burocracia sindical que, aunque dócil y colaboradora, puede generarle problemas de agudizarse la crisis social, e incluso perder el control de comisiones internas, seccionales y sindicatos enteros a mano de corrientes clasistas y combativas.

El oficialismo ya había adelantado algo de esta orientación con el Decreto 70/23 cuyo contenido fue sustraído del tratamiento de la Ley Bases para no entrar en prematura colisión con la burocracia sindical de las centrales obreras que, además, se avino al dialogo con el gobierno y facilitó la aprobación de un principio de reforma laboral antiobrera.

Entre los proyectos sometidos a discusión también se encuentra propuestas para someter a los sindicatos a una auditoría económica externa en cabeza del Estado, lo que ampliaría la injerencia estatal/patronal en las organizaciones obreras, y otros mecanismos de disminución y control económico sumados a los ya existentes.

Las organizaciones sindicales son patrimonio único y excluyente de los trabajadores. Su regulación y reglamentación es a los fines de regimentar y disciplinar a los trabajadores para acotar su capacidad de acción, como ocurre actualmente con el uso de la conciliación obligatoria, el reconocimiento estatal de la personería gremial, la potestad para declarar la ilegalidad de una huelga (y sus consecuencias), los “servicios esenciales” que ahora se intentan extender contra la docencia y otros sectores, etc.

Los “libertarios” quieren meter sus manos en los sindicatos para cercenar la libertad de los trabajadores de defender sus derechos, reivindicaciones e intereses de clase. La mejor forma de ampliar la libertad sindical es partir de la derogación de la Ley de Asociaciones Sindicales y terminar con toda injerencia estatal en los sindicatos.

El gobierno es un enemigo declarado de las organizaciones de los trabajadores, lo que se expresa contundentemente en la criminalización y persecución de las organizaciones piqueteras, tardas por Bullrich, Pettovello y Milei como organizaciones delictivas.

La burocracia sindical, por su parte, es cómplice, participe y responsable del avance del Estado burgués sobre los sindicatos, lo cual le asegura a su vez la continuidad al frente de sus privilegios de casta. Algo que tampoco está amenazado por la ofensiva gubernamental.

La verdadera libertad sindical solo puede obtenerse con la extensión del movimiento obrero clasista y combativo en los gremios, que se organiza por medio de asamblea y métodos democráticos, contra las patronales y su Estado.

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