Luego de haber recortado medio centenar de cupos para el ingreso a la residencia, el gobierno porteño volvió a publicarlos dando marcha atrás con la decisión, aunque algunos cargos aún no fueron restituidos. La indignación de ingresantes y trabajadores en general llevó a un pronunciamiento de la Asamblea de Residentes y Concurrentes y también de diversas entidades como la Asociación Metropolitana de Equipos de Salud. El reclamo generalizado al gobierno de Larreta generó finalmente su marcha atrás. Cabe destacar que algunas residencias, como Psiquiatría infantojuvenil del Htal. Gutiérrez, aún no han recuperado los cargos quitados.

Esta medida afectaba en forma directa a los profesionales de la salud de distintas disciplinas que desean formarse en el sistema público, así como también al propio sistema, al contar con menos trabajadores para garantizar la atención en los servicios.

La medida no puede responder a un problema presupuestario, ya que los cargos recortados se habían publicado previamente, por lo que ya estaban contemplados. Aunque las autoridades han dado nula respuesta o justificación a esta decisión arbitraria, no sorprende viniendo de un gobierno que ha perdido numerosas batallas con el colectivo de residentes; la última gran pelea tuvo lugar el año pasado, con un paro de más de 21 días que conquistó una recomposición salarial histórica.

La crisis del sistema de residencias se agudiza, con cada vez menos profesionales que eligen este sistema para formarse en especialidades clínicas por la precariedad en las condiciones de trabajo y los pésimos salarios que se perciben. Este problema se ve en mayor medida en las residencias de clínica médica, pediatría y medicina general, que cuentan además con futuros laborales de mayor precarización y peores salarios, atados muchísimas veces a la informalidad con el monotributo como única forma de acceder a trabajo.

El recorte de cupos hubiera agudizado esta crisis, ya que significa un achique en las posibilidades de elección; además no se contemplan las necesidades y estructuras de las residencias que perderían esos cargos. Esto habla del rechazo del gobierno porteño en planificar un sistema público de calidad que pueda responder a las demandas de una población cada vez más golpeada por la crisis. Al desfinanciamiento en salud le siguen políticas de ajuste, recortes de cargos y mayor precarización.

La organización de trabajadores y futuros ingresantes, de quienes ponemos el cuerpo todos los días para defender la salud pública, fue fundamental para frenar estos atropellos. La Asamblea CABA es una herramienta que demuestra la importancia de pronunciarse, reclamar y defender nuestros derechos organizados.

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