La dirección de recursos humanos de Átomo supermercados, de la empresa Millan S.A., comunicó a sus empleados “que en el caso de incumplan con el distanciamiento social” pueden ser sancionados y hasta despedidos. Es decir que en lugar de garantizar los medios de seguridad necesarios evitar los contagios entre los trabajadores, que día a día atienden a miles de personas en sus supermercados, la patronal pretende entrometerse en la vida privada de sus empleados fuera del horario de trabajo.

Ante un marcado ascenso de casos en la provincia, cuando más de 100 afirman no tener nexo, la medida apunta a desentenderse de la responsabilidad ante eventuales contagios, y brinda una herramienta para avanzar con el despido sin indemnización de los trabajadores que contraigan el virus.

La familia Millan siempre estuvo a la vanguardia de la desidia y arbitrariedad patronal, y fue denunciada en el pasado por no dejar que los empleados  vayan al baño y por despedir a delegados con fueros gremiales. Todo esto amparado fue por los distintos gobiernos, que han dado carta blanca para estos atropellos. Vale tener en cuenta que la línea de responsabilizar a la población por el aumento de casos, desligando de responsabilidad al Estado y los protocolos precarios o inexistentes en los lugares de trabajo, es impulsada por el gobierno de Rodolfo Suárez en sintonía con el ministro de Salud de la Nación Ginés Gonzalez García.

Los trabajadores tenemos que organizarnos para defender nuestra salud y nuestros derechos laborales. Ningún despido en la cadena se supermercados Átomo, por la puesta en pie de un comité de seguridad e higiene electo por los trabajadores, para imponer todas las medidas sanitarias necesarias para preservar la salud de empleados y clientes.