A fines de febrero y sin previo aviso, el municipio de Monte Hermoso, a cargo del intendente Alejandro Dichiara (FdT), despidió a 25 de los 75 guardavidas contratados que, según el plan de seguridad provincial, deberían haber continuado en sus puestos hasta el 1° de abril. No es casual que varios de los despedidos forman parte de la comisión directiva del flamante Sindicato de Guardavidas de Monte Hermoso, que fuera creado al fragor de la lucha salarial librada a fines del año pasado.

A raíz de estos nuevos hechos, los guardavidas han organizado una gran movilización para reclamar la inmediata reincorporación de todos los despedidos y denunciar las constantes amenazas recibidas por parte del jefe de playa y otros funcionarios municipales. Dichas amenazas -dirigidas tanto a los guardavidas en lucha como también a sus familiares municipales-, realizadas mediante llamados y mensajes, se refieren a pérdidas de puestos de trabajo, quitas salariales, bloqueo del acceso a otros empleos dentro de la planta y, desde ya, la no recontratación en próximas temporadas.

Por otra parte, hace varias semanas que los mismos guardavidas vienen denunciando también irregularidades e incumplimientos en el plan de seguridad costera, como la falta de personal y de equipamiento. A tal punto que dichos elementos debían llevarlos ellos mismos y tuvieron que impulsar una rifa solidaria a fin de poder comprar un desfibrilador.

El ejecutivo municipal no se ha pronunciado ni ha respondido ante las denuncias de amenazas por parte de sus funcionarios, y sigue en plan de incumplir las leyes y acuerdos de seguridad, poniendo en riesgo la vida de los cientos de miles de turistas que visitan nuestras playas.

El gobierno de Dichiara ataca a la organización de los trabajadores, desconoce el nuevo sindicato formado y teme por un posible “efecto contagio” entre los trabajadores de otras ramas, en medio de una crisis generalizada en la que abundan las movilizaciones y acciones contra el hambre, la falta de empleo y vivienda.