Sindicales

12/4/2022

Paritaria de la carne: una nueva entregada de la burocracia sindical

La Federación de la Carne firma un acuerdo paritario a la baja.

Los trabajadores de la carne se mantendrán bajo la línea de la pobreza.

La Federación de la carne (FESITCARA) controlada por Gabriel Vallejos firmó la semana pasada el acuerdo paritario con las patronales del sector, que establece un aumento salarial del 50% en cuatro cuotas. Aunque la propia burocracia del gremio y algunos medios han pretendido rescatar el acuerdo salarial, lo cierto es que los trabajadores de la carne se mantendrán bajo la línea de la pobreza.

Sucede que la primera cuota, del 10%, se implementará en abril y se cobrará en mayo. Con ese primer aumento, el salario del operario inicial alcanzará recién los $83.000, cuando la canasta de pobreza supera hoy los $86.000 y la canasta familiar ronda los $150.000. La última cuota se cobrará en enero de 2023, mes en el cual se ha establecido también una cláusula de revisión.

Pero la inflación anual se proyecta claramente muy por encima del 50%. Es lo que muestra la inflación acumulada durante enero y febrero, y el salto que arrojarán las mediciones inflacionarias de marzo, que será superior al 6%. Todo el mundo habla de una inflación anual cercana al 70% y nadie descarta que la crisis económica derive en un proceso hiperinflacionario. En definitiva, este acuerdo no solo no establece un aumento del salario real sino que ni siquiera garantiza un aumento que cubra al menos el índice inflacionario.

Pero el acuerdo paritario tuvo también otro aspecto negativo: estuvo ausente el reclamo por la mejora de las condiciones laborales y la seguridad en los frigoríficos. Nuevamente, la burocracia del gremio ha hecho oídos sordos ante un reclamo fundamental y muy caro para los trabajadores de la carne. Es que la ausencia de inversiones en seguridad laboral, por parte de las patronales, derivó en las muertes de los compañeros Javier “el Sapo” Escobar en febrero de este año y de Roberto Ruiz en 2020. El primero trabajador del Rioplatense y el segundo de Cocarsa.

Es importante destacar que, mientras los trabajadores padecen estas calamitosas condiciones salariales y laborales, las patronales del sector se encuentran amasando ganancias extraordinarias. Sucede que los frigoríficos cobran en dólares sus exportaciones, en momentos donde el precio de la carne asciende en el mercado internacional, y pagan salarios e insumos en pesos. A su vez, tienden sistemáticamente a equiparar la carne destinada al mercado local a los precios en dólares del mercado externo, para maximizar sus ganancias.

Pero a pesar de las condiciones favorables para desenvolver la lucha por el aumento salarial y las condiciones laborales, la burocracia del gremio no ha dado ninguna pelea. Por el contrario, ha firmado un acuerdo paritario a la baja sin siquiera un pataleo y sin consulta a las asambleas de base del gremio.

La coordinación de todas las juntas internas no alineadas a la burocracia de Vallejos, para impulsar la organización y la lucha de todo el gremio, sigue siendo una tarea fundamental. Más temprano que tarde será necesario canalizar el malestar de los trabajadores de la carne en un proceso de movilización y lucha por todas sus reivindicaciones.