Sindicales
4/8/2025
Paro en el subte ante una nueva muerte obrera por el asbesto
Medida de fuerza tras el fallecimiento de Walter Berhovet, trabajador de la Línea D.

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Paro de subtes.
Este lunes 4 de agosto, trabajadores del subte llevan adelante un paro total de las seis líneas de subte y el Premetro entre las 13 y las 15 horas, con apertura de molinetes desde el mediodía. La medida fue convocada tras la muerte de Walter Berhovet, trabajador de la Línea D, víctima de un cáncer producto de su exposición al asbesto en los talleres y formaciones de la red.
Se trata del quinto obrero del subte asesinado por esta contaminación, y uno más de los 114 casos reconocidos oficialmente por la Superintendencia de Riesgos del Trabajo. A pesar de que el asbesto fue prohibido hace más de veinte años por su altísima toxicidad, sigue presente en el subte porteño. Ni la concesionaria Emova (Grupo Roggio), ni el gobierno de la Ciudad han presentado un plan serio de desabestización. Mientras tanto, se expone a diario a miles de trabajadores, millones de pasajeros y vecinos a un riesgo sanitario de largo plazo.
Este nuevo paro se inscribe en una larga lucha de los trabajadores del subte contra la presencia de asbesto en la red, una pelea que lleva años y que ha incluido infinidad de medidas de fuerza, aperturas de molinetes, denuncias públicas y paros escalonados. A lo largo de este conflicto, la patronal –con la complicidad del Estado porteño que le sostiene la concesión al Grupo Roggio– se ha negado sistemáticamente a reconocer el riesgo, a garantizar condiciones seguras de trabajo y a implementar un plan integral de desabestización. El resultado de esa política criminal es la muerte evitable de cinco trabajadores, entre ellos Walter Berhovet.
Como lo denuncian los propios trabajadores, el asbesto no solo se encuentra en los trenes usados comprados a Madrid durante la gestión macrista, sino también en túneles, estaciones y talleres, donde se desintegra en microfibras invisibles que se alojan en los pulmones y tejidos humanos, lo que afecta la salud de trabajadores, usuarios y vecinos. Frente a esto, el Estado y la patronal han optado por la negación criminal y la desinversión deliberada.
Lejos de asumir su responsabilidad, la empresa Emova emitió un comunicado en el que nuevamente niega cualquier relación entre la enfermedad y la exposición laboral. Es una operación miserable que busca deslindar responsabilidades para no pagar indemnizaciones, ni afrontar juicios, ni asumir los costos de la limpieza integral de la red.
El reclamo de los trabajadores es justo y urgente: reconocimiento de todos los afectados, limpieza completa del asbesto, renovación de flotas contaminadas y reducción de la jornada laboral, porque lo que está en juego es la vida.
El gobierno recorta los subsidios para avanzar en el brutal ajuste fiscal, mientras la patronal descarga el costo de este sobre los usuarios mediante boletazos, al tiempo que envenena a quienes trabajan y viajan en subte. Toda nuestra solidaridad con la lucha de los trabajadores del subte, es urgente nacionalizar el servicio bajo control de trabajadores y usuarios y poner todos los recursos al servicio de un sistema de transporte público, seguro y al servicio del pueblo.
