El pasado primero de junio se reunió el Directorio de Prestaciones Básicas de Discapacidad que, tras luego de varias reuniones sin resultados durante todo el mes de mayo, acordaron un aumento de honorarios para lxs profesionales que atendemos a personas con discapacidad: un irrisorio 9,72% en dos cuotas para los meses de mayo y junio, y un aumento diferenciado para las prestaciones de transporte de un 20% en dos cuotas. En el marco de una inflación proyectada del 9% para el mes de mayo, dejándonos con una inflación interanual de más del 40%, resulta una provocación y una ofensiva contra nuestros ingresos. Es por eso que este 8 y 9 vamos a un paro nacional con movilización a las 11:30 en el Obelisco y con medidas similares en todo el país.

Este ajuste en nuestros honorarios se da en el marco de una crisis abierta en discapacidad que se vio reflejada el año pasado con las enormes movilizaciones que hubo en todo el país durante dos semanas por la interrupción en la cadena de pagos, donde el gobierno nos reconoció que tenía la frazada corta, algo que veníamos denunciando hace rato y que da cuenta del resultado de una crisis a nivel general.

La CGT viene apuntando contra las prestaciones de discapacidad debido a una déficit en el Fondo Solidario de Redistribución, dado por una baja en la recaudación directamente ligada al crecimiento del trabajo informal en nuestro país debido a la destrucción de puestos de trabajo, a la continuas reducciones de aportes patronales y al crecimiento de los negociados privados en la salud.

El 5 de junio los prestadores precarizados de salud y educación tuvimos una asamblea para adherir al paro que ya estaba siendo convocado por otras organizaciones, no porque desconocíamos la intención de paro de lxs trabajadorxs, sino por una cuestión de métodos históricos de nuestra agrupación que impulsa la asamblea como el organismo que toma decisiones y la elección de delegados revocables, así como también el impulso de un programa propio de los trabajadores para salir fortalecidos de esta lucha.

El método asambleario, como una herramienta de la clase obrera para organizarnos, aunque es parte de una orientación histórica desde PPSyE, fue necesario para reforzar un balance de la lucha de septiembre de 2022, donde la orientación patronal de reunirse a puertas cerradas nos llevó a una victoria parcial o a una derrota. Es por eso que vamos al paro con un programa propio

Llegamos a este paro fortalecidos, con asambleas mensuales sistemáticas, con delegados votados en varias provincias y con un programa propio. Los trabajadores podemos dirigir esta lucha, delimitándonos con nuestros métodos y ganando a cada compañero y compañera a la tarea de convertirse en un activista en defensa real de los tratamientos, sus condiciones de trabajo y sus ingresos. Los prestadores esta vez podemos ganar.