Paros docentes de No Inicio en nueve provincias

Movilización docente

En su discurso de apertura de las sesiones ordinarias, el presidente Alberto Fernández anunció un normal comienzo de clases. El diario Clarín aplaudió en un editorial sobre educación que ese paso es gracias a que no habría conflicto docente, y ni uno otro mostró preocupación por el estado terminal en el que se encuentra la educación argentina, víctima de un vaciamiento cruento desde hace décadas, profundizado conscientemente durante toda la pandemia por los gobiernos, tanto del oficialismo peronista cuanto de los gobernadores, correspondiente a las políticas educativas aprobadas por unanimidad en el Consejo Federal de Educación por todos.

Pero la realidad de este comienzo de ciclo lectivo es completamente opuesta a la que presentó el Presidente. El ajuste en educación en curso ha conducido a que en el día de hoy nueve provincias estén con medidas de fuerza, por reclamos de mayor presupuesto, condiciones edilicias y sanitarias inexistentes, y porque toda la docencia nacional está cobrando salarios de pobreza: Chubut (72 horas), Río Negro (48 horas), Santa Cruz, la provincia de Cristina y Alicia Kirchner (72 horas), Misiones (72 horas), Chaco (24 horas), Formosa (24 horas), Jujuy (48 horas), Salta (24 horas) y en la provincia de Santa Fe, de la secretaria general de Amsafe y Ctera, Sonia Alesso, 48 horas esta semana y la próxima. Agreguemos a esto que en la Ciudad hay cese de actividades de Ademys y en la provincia de Buenos Aires jornada de lucha de los Suteba multicolores (todos los cuales rechazaron la propuesta que trajo la burocracia) con paro en Matanza y Ensenada, y movilización al Palacio Pizzurno a las 13 horas, en forma conjunta por la docencia de ambas jurisdicciones. En Entre Ríos, Neuquén y San Juan también hay movilizaciones en repudio al derrumbe educativo y a la paritaria del FMI firmada por Ctera, que su secretaria general no pudo hacer pasar en su propia provincia.

Ctera con el FMI

La paritaria firmada por Ctera con el gobierno del “compañero” Alberto, como ellos mismos dicen, estableció un salario inicial de pobreza (un 45,5% de incremento) que lleva ese sueldo, a octubre, a la cifra de 60 mil pesos, 20 mil pesos por debajo de la línea de pobreza a enero. Un escándalo. El estallido de conflictos, al que los gobiernos y los medios le han puesto sordina, responde a que además, en las provincias, los gremios conducidos por la dirección de Sonia Alesso, Roberto Baradel y Gustavo López han tratado de cerrar por porcentajes todavía más bajos. En Misiones, por ejemplo, fue del 19%. En las provincias en las que la huelga se contuvo, fue en base a fraudes en las asambleas (Neuquén) o mediante el vaciamiento de los cuerpos de delegados y de las asambleas.

En el reciente congreso nacional de Ctera, la dirección yaskista se negó no sólo a defender un salario para toda la docencia por encima de la pobreza; también rechazó pronunciarse contra el pacto gobierno-FMI y, por supuesto, contra sus consecuencias gravosas contra los trabajadores.

Por un plan de lucha nacional

La integración absoluta de la burocracia ceterista al cogobierno de los Fernández y los gobernadores con el FMI pone por delante la necesidad de poner en pie un amplio frente único de los sindicatos, seccionales y sectores multicolores, para impulsar una lucha que recién comienza y que se profundizará, y listas comunes en todos los sindicatos docentes para expulsar a la burocracia entreguista en las elecciones planteadas este año, entre ellas, las del Suteba y Ctera.