Sindicales
22/5/2024
Paros en Sanidad y extorsión patronal para liberar aumentos
La crisis sanitaria se agudiza, con las empresas privadas tomando a los trabajadores de rehenes para negociar con el gobierno.
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Se desarrollan medidas de acción en las clínicas privadas.
Los trabajadores de la salud nucleados en el gremio de la Sanidad se encuentran desenvolviendo un plan de lucha con paros progresivos ante la intransigencia de las patronales en las negociaciones salariales, a más de un mes de vencida la paritaria. Las patronales de la salud vienen boicoteando las paritarias y enturbiando el ambiente como maniobra para hacer pasar el ajuste y negociar mejores condiciones y liberación de precios con el gobierno.
Las medidas de lucha impulsadas por la Federación de Asociaciones de Trabajadores de la Sanidad Argentina (Fatsa), a cargo de Héctor Daer, implican paros progresivos de 2, 3 y 4 horas por turno, los días miércoles, jueves y viernes.
Un plan de lucha tardío que comenzó con asambleas informativas el lunes 21 en los establecimientos del sector asistencial, luego de un mes y medio de vencida la paritaria y tras acuerdos anteriores que corrieron por detrás de la inflación.
Las patronales de la medicina privada, que se concentran en un puñado de empresas, no solo atacan las condiciones salariales de los trabajadores de clínicas, sanatorios, laboratorios, etc. para mejorar sus ganancias, sino que se valen de esta crisis para negociar con el gobierno nuevos aumentos, luego de que este ordenara dar marcha atrás a las subas que acumularon en solo cuatro meses más de un 165%.
De esta forma, el conflicto está golpeando con fuerza en las clínicas del Amba, varias de ellas dependientes de las obras sociales y prepagas, como es el caso del Hospital Italiano, el Alemán, la Trinidad y el Finochieto, entre otros, donde dominan empresas privadas que cobran más de $200.000 para el acceso a una cobertura familiar.
Es que las empresas del sector si bien pudieron aumentar las cuotas a niveles de la inflación, no trasladan estos aumentos al pago de los prestadores, profesionales y trabajadores bajo su red de prestaciones.
Esto se desprende del análisis de los costos que realizan las entidades que nuclean a estas patronales de la salud, donde el ítem “costo laborales” solo varió 151,1% para todo 2023, lejos de la inflación interanual del 211,4%.
Las presiones de los capitalistas que dominan el sector están implicando también la caída en la calidad de las prestaciones y servicios ofrecidos, con demoras para conseguir turnos, vaciamiento de cartillas y el cobro de copagos y bonos por parte de algunos prestadores, que impactan sobre los bolsillos de los afiliados.
Entre algunos de los reclamos de este sector se encuentra el pedido de que el gobierno, a través de la Superintendencia de Servicios de Salud, desregule el Programa Médico Obligatorio (PMO), con el fin de eliminar prestaciones de la cobertura obligatoria, lo que habilitaría a las prepagas y obras sociales a cobrar aranceles adicionales por las mismas.
Otro de los puntos en la mesa es que estas patronales gozan del beneficio de no ser embargados por sus deudas fiscales –las cuales persisten y se acrecientan- debido a más de dos décadas de continuidad de la “emergencia sanitaria”, cuya declaración caducó a inicios del 2024. La Afip ha postergado hasta agosto el inicio de las ejecuciones fiscales, periodo en que las patronales presionan para extender la gracia del Estado… por siempre.
La conducción del gremio de Sanidad no debe subordinar los reclamos de los trabajadores a los intereses de las patronales del sector, las cuales amenazan con convertir a la medicina privada como un negocio aún mayor a costa de esquilar a los trabajadores.
Hay que defender la lucha de las y los trabajadores del sector por el aumento de los salarios para cubrir lo perdido y recuperar poder adquisitivo y parar los despidos y las precarización laboral, lo que requiere reforzar el plan de lucha y extender el conflicto en unidad con los reclamos de afiliados que son atacados por las mismas prepagas.
Ningún cheque en blanco para las patronales, que abran los libros de sus empresas y que se intervenga toda la cadena de valor de Salud para determinar el costo real de prestaciones e insumos y desenvolver una política de independencia sanitaria acorde a las necesidades de la población trabajadora.