Sindicales

27/3/2021

congreso nacional

Reforma en Ganancias: con la aprobación del FMI

No se modifican las escalas. La actualización será anual y por índice Ripte, no por inflación. No se incorporan las modificaciones de los diputados sindicales.

El proyecto de reforma de ganancias presentado por el oficialismo se está tratando, y todo indica que se aprobará sin cambios, en la sesión especial de este sábado 27 (la votación se prevé para la madrugada del domingo), en una verdadera puesta en escena del pacto social que contará con al menos 90 oradores, y como espectadores de lujo a los dirigentes de la CGT, las CTAs, la Corriente Federal y del recién llegado de su visita al FMI, Martín Guzmán.

Los detalles

Como se repitió hasta el cansancio, el nuevo piso pasará a $150.000 brutos ($123.000 de bolsillo) para trabajadores activos y $164.568 para jubilados (8 haberes mínimos).

Dado que no se modifican las escalas, el proyecto establece una deducción especial para los sueldos de entre $150.000 y $173.000, de tal forma que el impacto del impuesto sea morigerado al superar el nuevo piso. Por encima de los $173.000, el impuesto impactará  plenamente con las escalas vigentes al día de hoy.

El ajuste del piso se establece anualmente a través del índice Ripte, que surge del promedio de las paritarias. Es decir, que no se utiliza el índice de inflación calculado por el INDEC (IPC).

Este mecanismo actúa como disciplinador en la negociación de las paritarias: aquellos sindicatos que conquisten aumentos salariales por encima del promedio (de los “techos” que fijan el Gobierno y las pratonales, acatados por la burocracia sindical -este año en torno al 29%-) y se acerquen a la inflación real (prevista en 50% de acuerdo al Relevamiento de Expectativas del Mercado realizado por el Banco Central), ya que irán reingresando progresivamente al pago del impuesto.

Los conceptos exceptuados

El aspecto más progresivo de la reforma, sin duda, es la exclusión del aguinaldo, cuya excepción circunstancial era utilizada como dadiva por los gobiernos de turno. Fue motivo de reclamo de la movilización convocada por el Sutna el pasado 18 de diciembre, frente al silencio abrumador del conjunto de la burocracia sindical.

A su vez se incorpora el gasto por guarderías y la deducción por concubino (sin necesidad de matrimonio). También se duplica el monto de la deducción por hijo discapacitado. Los viáticos y movilidad se deducen al 100%, y la zona Patagónica al 22%.

Los ítems ropa de trabajo, equipamiento solo para uso en el lugar de trabajo y cursos de capacitación, al igual que el concepto de guardería, muestran a las claras el aspecto de subsidio a las patronales que inspira esta reforma.

En el medio una crisis habitacional sin precedentes, los intereses de los créditos hipotecarios no se actualizan y continúan en 20 mil pesos anuales.

De las “sugerencias” realizadas por los diputados sindicales, no quedó prácticamente nada: las horas extra; el plus por desarraigo; horas nocturnas; feriados y días no laborables trabajados; adicionales por productividad; adicionales por trabajos penosos, peligrosos o insalubres; indemnizaciones legales o convencionales; antigüedad y turnos rotativos, continuarán siendo gravadas.

No solo se trata de una desautorización política a diputados que nada hicieron y que solo pretendían aparecer en una foto, sino que se trata de un concepto de fondo: la reforma ratifica que para la clase social que gobierna son los trabajadores los que deben financiar al Estado; la cuarta categoría de ganancias grava al trabajo en todas sus formas, y en el caso de los jubilados, consagra la doble imposición.

Con la venia del FMI

Massa, la tercera pata de la coalición gobernante y vocera del capital financiero (“cuando habla Massa, Wall Street se relaja” citó Pagni en alguno de sus editoriales), quien lideró y ganó amplio protagonismo con este proyecto, había advertido a los diputados sindicales que iba a escuchar “todas las propuestas que mejoren el proyecto, pero en la medida en que esas mejoras puedan ser financiadas y no afecten las metas tributarias previstas para este año”, subordinado cualquier modificación a las negociaciones con el FMI.

Ocurre que los $48.000 millones que  el Estado dejaría de recaudar serán capturados nuevamente por los impuestos al consumo, cuando el gobierno alimenta la inflación y prepara nuevos tarifazos.

La reforma de ganancias se apoya en la enorme distorsión que había alcanzado el impuesto, gravando al 26% de los trabajadores.

Intervenir desde el campo de los trabajadores

La abolición del impuesto a las ganancias sobre los salarios es una reivindicación que continuará siendo parte del movimiento obrero y, más temprano que tarde, se reinstalará con fuerza dado que se patea hacia adelante.

El sindicalismo clasista y el movimiento piquetero independiente luchan por la defensa del salario y las jubilaciones asociados al costo de la canasta familiar, contra la precarización, la pauperización y la degradación social de las y los trabajadores.

Allí están el Sutna, la AGD, los trabajadores del puerto, de Siderar, docentes, estatales y judiciales, o de la clínica San Andrés y de Arre Beef, el Polo Obrero y el frente de lucha piquetero.  Todos ellos tendrán expresión en la enorme deliberación que realizará el plenario de la Coordinadora Sindical Clasista el próximo 10 de abril.