Sindicales

27/4/2020

San Martín: sin ser esencial, Textil Cladd obliga a trabajar y no otorga protección

Meir Lapidus, dueño de la textil Cladd de Villa Lynch, partido de San Martín, nuevamente es noticia por contar con total impunidad para violar la cuarentena. A fines de marzo el empresario fue noticia, ya que, tras regresar del exterior contagiado de coronavirus asistió a la fábrica violando el protocolo de aislamiento y mantuvo contacto sin ningún tipo de protección con distintos grupos de trabajadores, que a su vez tienen relación directa con el resto del personal de la fábrica.


Cuarentena a discreción


Ahora, la empresa está trabajando con el pretexto de realizar insumos sanitarios, pero esto solo es una excusa para poder mantenerse activa: continúan con la producción habitual, que no tiene nada que ver con productos sanitarios. Los convocados son 140 de un total de 300 trabajadores, los que se encuentran trabajando sin ningún tipo de protección.


Por otro lado, los trabajadores que no pueden asistir a trabajar por distintas razones (grupos de riesgo, etc.) reciben un salario con fuertes rebajas de entre $18.000 y $20.000. El contraste no puede ser más contundente: Lapidus es un magnate de la burguesía nacional que en agosto pasado cerró la compra de una parte de la empresa Alpargatas por 7 millones de dólares, sumando así 5 textiles en la Argentina. Actualmente tiene operaciones,además de San Martín, en Morón, La Rioja y Rio Grande.    


San Martín: el distrito con el mayor contagio de la provincia


En una nota reciente de PrensaObrera.com, se aborda la problemática de que el distrito de San Martín tiene la mayor cantidad de contagios de Covid-19 de la provincia de Buenos Aires. Allí se explica que uno de los factores que aporta a este problema es la completa impunidad de los empresarios del distrito, amparados por las autoridades municipales y del Ministerio de Trabajo, que avalan la “cuarentena selectiva”. La ganancia empresarial se impone sobre la necesidad de la cuarentena, con el aval del Estado.


Mientras tanto la burocracia textil (Setia) que firmó en 2019 una paritaria por debajo de la línea de la pobreza, que implica desde octubre de 2019 hasta el mes de enero de 2020 un incremento del 12%, y desde el mes de febrero hasta el 31 de mayo de 2020 uno del 6%, brilla por su ausencia.


Llamamos al conjunto de los trabajadores y trabajadoras de todas las fábricas a organizarse de manera independiente a la burocracia sindical y a la patronal, para establecer condiciones seguras de trabajo (en donde se realice trabajo esencial) y a garantizar el salario completo en donde la actividad no sea esencial. Que se abran los libros contables de todas las empresas para conocer sus ganancias.


¡Que no seamos los trabajadores los que paguemos la desidia de la clase capitalista!