Sindicales

9/11/2021

Toyota: el “ejemplar discurso” de un sindicalismo patronal

La burocracia hizo pasar la reforma reproduciendo el libreto de la empresa.

El medio MDZ dio a conocer algunos extractos de la intervención de un delegado de la burocracia del Smata, llamando a los trabajadores a aceptar la reforma patronal presentada por la multinacional Toyota a sus empleados. Se trata de una arenga que compra el discurso de los empresarios y le traslada la responsabilidad del ajuste a los trabajadores.

Las palabras corresponden al delegado del gremio conducido por el burócrata Ricardo Pignanelli, Iván “El Doma” Almirón, las cuales fueron saludadas por la prensa burguesa como provenientes de “un gremialismo moderno y que ayuda a crecer”. Otra presión más de las patronales para hacer pasar la reforma laboral antiobrera en todas las industrias y lugares de trabajo.

Voceros de las patronales

La reforma en cuestión implicó la extensión de la jornada laboral a los sábados, día en el cual correspondía el pago de horas extras, a las cuales los trabajadores mayormente se rehusaban para no quedar afectados por el Impuesto a las Ganancias. Esto a cambio de un plus económico de $8.000, un franco móvil y la efectivización de mil trabajadores contratados.

La falta de personal los sábados motivó a la empresa a proponer este nuevo esquema para cumplir con sus metas de producción. La burocracia compró íntegramente el discurso patronal y ofició de gestora de los negocios de la multinacional Toyota.

“Necesitamos estar todos convencidos de que queremos llevar esta fábrica a otro nivel como lo venimos haciendo desde años atrás. En 2008 nos pasó, en 2012 nos pasó de tener que hacer el esfuerzo para garantizar el crecimiento…”, no son palabras del CEO de la empresa, sino del propio Almirón. “Es para llevarla a 170.000 unidades y para llegar al 2025 a 200.000 unidades. Necesitamos hacer el esfuerzo del cambio del esquema de laburo para poder asegurar que todos los sábados la fábrica produzca”, sigue Almirón, como si esto implicara un beneficio adicional para los trabajadores.

“La fábrica nos pidió cambiar la forma de laburo. Entonces, el mensaje nuestro es tratar de convencerlos a ustedes de ir por un camino de crecimiento”, agrega Almirón, que nadie se confunda: “la fábrica” es la patronal y el mensaje es mayor flexibilidad laboral para más ganancias de la multinacional.

Un planteo extorsivo

Cabe destacar que la asamblea donde se desarrolló esta intervención fue convocada de forma exprés y solo tuvo voz la burocracia del Smata, cercenando el debate entre los trabajadores, incluso las divergencias originadas al propio interior de la comisión interna de la planta, con un sector que hizo campaña por el rechazo.

A las patoteadas y aprietes características de la banda conducida por Pignanelli, el mismo que asechó y amenazó durante meses a los activistas de la autopartista lear, hay que sumarle el planteo extorsivo del vocero del gremio en la asamblea.

“Si esto no se aprueba, si esto no sale, este proyecto se tiene que suspender (…) tampoco va a haber crecimiento y tampoco los compañeros que están contratados van a seguir perteneciendo a la fábrica. Van a pertenecer a ese índice de desempleados”, una amenaza lisa y llana. El gremio no solo no pelea por el pase a planta de los contratados, sino que advierte que de no consumarse la pretensión patronal los despidos serían inevitables.

La burocracia no solo compra el libreto de la patronal, sino que también oficia de verdugo de los trabajadores. Como lo reconoce la propia dirección del Smata, los mil contratados llevan años bajo esa situación irregular sin que Pignanelli mueva un pelo al respecto. Ahora son utilizados por esta misma burocracia como una “prenda de intercambio” y un pretexto para hacer pasar el ajuste.

Se sabe que la empresa Toyota podría arribar al mismo o superior resultado con una inversión en la ampliación de la planta, lo que necesariamente generaría nuevos puestos de trabajo; sin embargo, la multinacional es reticente a realizar ese desembolso en el país. La salida del recorte de las horas extra y la extensión de la jornada es casi a costo nulo de las patronales y recae principalmente sobre la pérdida de derechos de los trabajadores, además de registrar un antecedente preocupante para “futuras pretensiones”.

El discurso de la burocracia del Smata es una arenga patronal y ajustadora, utilizada por los escribas de la clase gobernante para allanar el camino de una reforma laboral íntegra contra el movimiento obrero. Pero no es un caso exclusivo de de esta dirección sindical en particular; toda la la burocracia sindical se encuentra preparando el terreno para reformar parciales por industria, mientras dicen desaprobar una ley nacional de reforma laboral. Se trata de una orientación atada a la agenda del FMI, el gobierno y la oposición patronal.

La clase obrera debe forjar una dirección alternativa, cuyos discursos y orientaciones sirvan para trazar una línea de acción independiente, por la derogación del Impuesto al Salario y el pase a planta permanente de todos los contratados y tercerizados, y la defensa del salario y las condiciones laborales contra la ofensiva patronal.