Sindicales

26/10/2020

Trabajadoras de casas particulares marchan nuevamente por aumento salarial

El lunes 2, por una suba del 100% y el conjunto de los reclamos del sector.

Las trabajadoras de casas particulares (TCP) de la Ciudad de Buenos Aires y el conurbano se movilizarán este 2 de noviembre, desde el Obelisco hasta el Ministerio de Trabajo, por un aumento salarial del 100% y el conjunto de los reclamos del sector.

Así lo resolvieron las reuniones presenciales realizadas en la ciudad este sábado 24, que reagruparon a más de 150 trabajadoras de casas particulares, para organizar medidas de lucha y lanzar un empadronamiento del sector, en el marco del regreso a la actividad dispuesto por el gobierno de Horacio Rodríguez Larreta y ante los distintos problemas que atraviesan.

La iniciativa impulsada por la Agrupación de Trabajadoras de Casas Particulares en Lucha surgió luego de diversas movilizaciones, una de ellas, en conjunto con la Unión de Trabajadoras Domésticas y Afines (Utda), donde se presentó un pliego de reivindicaciones ante el Ministerio de Trabajo: 100% de aumento salarial de emergencia, reincorporación de las despedidas, subsidio al parado de $30.000 y un protocolo de seguridad e higiene ante los contagios de Covid-19.

El común denominador en todas las intervenciones en los barrios fue la profundización de la precarización laboral y los despidos en el contexto de la pandemia. La desvalorización del trabajo doméstico empuja -acorde a datos de este año de la Organización Internacional del Trabajo- a casi 1 millón y medio de mujeres en Argentina, muchas de ellas jefas de familia con hijos/as a cargo, a condiciones de superexplotación con el salario de convenio más bajo del país.

Asimismo, la alta tasa de informalidad del sector, que contiene a tres de cada cuatro trabajadoras no registradas, junto con la desidia estatal, ha sido campo fértil para todo tipo de abusos patronales. Esta situación atraviesa particularmente a las mujeres migrantes, que se convierten en víctimas de mayor explotación. Ya sea a partir de descuentos y suspensiones o mediante la obligatoriedad de desarrollar la actividad (pese a no ser considerada esencial), los empleadores cometen atropellos y arbitrariedades sin control.

La vuelta al trabajo en AMBA, con total desprotección

El regreso a la actividad de este gremio, dispuesto por Horacio Rodríguez Larreta y Axel Kicillof, responde -como ha sucedido con la mayoría de las ramas de trabajo del país- a las presiones patronales, y no viene con ningún cuidado especial sobre las trabajadoras. El accionar gubernamental es coherente con el que han tenido durante el año, dejando desde hace siete meses actuar a piacere a empleadoras y empleadores, sin importar cuánto ni como eso afectaba al gremio más grande del país, integrado en un 95% por mujeres.

En el caso de las TCP, aún no hay claridad respecto al uso del transporte público e incitan a la utilización del medio privado -sin garantizar el pago de viáticos correspondiente-, una discriminación sin igual para un gremio cuyo salario hoy oscila alrededor de los $17.700 (IProfesional, 2/10).

Además, se plantea que las trabajadoras deben “elegir” un único empleador, como si existiera la posibilidad para algún trabajador de elegir a su patrón. La mayoría de las trabajadoras están atravesadas por la condición de pluriactividad, producto de las bajas remuneraciones. Muchas de ellas no han sido convocadas a trabajar por la desconfianza de los empleadores, que las colocan como vectores transmisores del virus. Otras sufren la presión por reincorporarse bajo amenaza de despido, pero sin que se les garantice medios de transporte privados para acceder al trabajo, ni los elementos de protección e higiene (tapabocas, máscara, desinfectante, mudas de ropa), que terminan pagando de sus propios bolsillos. Esto a pesar de que el Protocolo para el Desarrollo de la Actividad de Trabajadoras/Trabajadores de Casas Particulares (Servicio Doméstico) dispone dichas obligaciones a las patronales (Resolución 287/2020, Ministerio de Desarrollo Económico y Producción).

Las resoluciones de las convocatorias

El Estado deja a la su suerte a las trabajadoras, que tienen que negociar en absoluta soledad y desventaja las condiciones del regreso a los puestos de trabajo. Las centrales sindicales y gremios del sector ligados a la burocracia, por su parte, han dejado pasar los despidos y atropellos. No han movido un dedo frente a las condiciones de la vuelta a la actividad, como es el caso de Upacp, que integra junto a Mujeres Sindicalistas de la Corriente Federal de Trabajadores, Sacra y Cuidadores de la Casa Común una “Mesa Sindical sobre los Trabajos de Cuidado”.

La apertura de paritarias aún no ha sido convocada luego de la reunión del Consejo del Salario Mínimo que fijó, con el acuerdo de la CGT y CTA, una suba miserable del 28% en tres tramos, muy por debajo de la canasta básica. La exigencia por el 100% de aumento queda planteada teniendo en cuenta que la Comisión Nacional de Trabajo en Casas particulares suele condicionar el salario de las TCP al salario mínimo, vital y móvil.

Frente a esta realidad, desde la Agrupación de TCP lanzamos un masivo empadronamiento en los barrios y la convocatoria a nuevas asambleas para seguir organizándonos. Junto a esto, las trabajadoras resolvieron la movilización del día 2 y otra para más adelante a la Jefatura de Gobierno, para reclamar ante los protocolos implementados por Larreta para la vuelta al trabajo.

La organización independiente a los gobiernos y a las direcciones sindicales abre el camino en la lucha por la defensa del salario, los puestos de trabajo y contra los abusos patronales y el ajuste en curso, así como por la cuestión jubilatoria. Vamos por el aumento salarial de emergencia, subsidio de 30 mil pesos al parado, reincorporación de las despedidas, acceso a obra social y registro de todas las trabajadoras; protocolos de seguridad e higiene, control y cumplimiento de los mismos.