Sindicales

27/2/2022

Salarios

Un análisis de la paritaria docente de CABA

Miércoles 2 de marzo jornada nacional de lucha docente, con cese de tareas desde las 13:00 y concentración en Palacio Pizzurno.

Foto: Infogremiales.

Tras cinco años de pérdida salarial, y cuando el Banco Central releva para 2022 expectativas de inflación del 54%, el gobierno de Horacio Rodríguez Larreta cerró la paritaria docente con un aumento del 44,2% en tres cuotas que terminan de cobrarse en noviembre y dejan toda la escala salarial por un cargo por debajo de la línea de pobreza.

Solo Ademys rechazó este nuevo ataque, y llevó el reclamo del salario inicial igual a la canasta familiar por un cargo y la indexación mensual por inflación. La firma de UTE “a consideración de los plenarios” es para la tribuna, ya que su dirección fue a la mesa salarial sin planteo propio ni considerar ninguna medida de lucha por el salario, o sea que fue dispuesta a firmar lo que el gobierno pusiera sobre la mesa.

Veamos en qué situación dejaron el gobierno y la burocracia sindical a la docencia porteña.

Salarios de pobreza

Según la Dirección de Estadísticas de la Ciudad, una familia necesito en enero $79.988 para no ser pobre. Con este acuerdo, una maestra con hasta 10 años de antigüedad va a cobrar $79.576 recién en noviembre (con el sueldo de octubre). Para entonces la canasta básica va a estar por encima de los $110.000 si nos guiamos por las estimaciones de inflación. Como además la escala está completamente destruida, por las cifras fijas y en negro, incluso con la antigüedad máxima el sueldo por una jornada simple sigue estando por debajo de la línea de pobreza.

Atrás de la inflación

La tercera cláusula del acuerdo dice: “Con el fin de mantener la recomposición de los salarios producida durante el 2021, las partes se comprometen a convocar la mesa salarial durante el mes de septiembre”. En este punto la firma del acta significa reconocerle al gobierno una recomposición que no es tal. Lo que pasa es que el gobierno (y la burocracia) habla de recomposición cuando el aumento total anual supera a la inflación anual (diciembre a diciembre), sin importar que estuvimos todos los meses corriendo de atrás de la suba de precios y solo al final del camino el salario equiparó al aumento de precios. Esto se ve cuando miramos mes a mes: en diez de los doce meses nuestro salario estuvo por debajo de la inflación interanual. Además, hay otra trampa: la comparación se hace entre el sueldo de diciembre y la inflación de diciembre, pero nosotros usamos el sueldo de diciembre para vivir en enero, donde los precios ya eran un 4% más.

Con el nuevo acuerdo y suponiendo un escenario optimista donde la inflación hasta octubre no supere el 44% pactado, igualmente estaríamos todos los meses anteriores perdiendo contra el índice de precios (y también en octubre si consideramos que vamos a estar viviendo con el sueldo de septiembre). Así que incluso si se cumpliera, la revisión de septiembre llegaría tarde. Claro que con los tarifazos que se vienen en la luz, el gas y el colectivo es probable que la realidad sea mucho peor.

Más sueldo en negro, más achatamiento

Cuando analizamos el aumento en cada ítem del salario, lo que hay es un incremento relativo de las cifras “no remunerativas”, lo que implica un aumento menor para las antigüedades más altas y para el haber jubilatorio. El sueldo básico y los demás ítems remunerativos no aumentan el 44,2% anunciado, sino solo el 40%. Se llega al 44,2% para el salario inicial con el aumento del 45,5% de Fonid + Conectividad (que paga Nación) y un aumento del 97% del Adicional Especial que es una cifra fija por cargo, en negro, que paga la Ciudad.

Justamente por ser sumas fijas su impacto no es igual en toda la escala. Por eso para un docente con antigüedad máxima el aumento no es del 44,2% sino del 43,4%. Esto significa más achatamiento de la escala salarial. Además es una vía de desfinanciamiento de la Anses y de la obra social, que luego pagamos con nuestra jubilación y nuestra salud. Con este acuerdo un docente sin antigüedad va a cobrar en octubre el 57% de su sueldo sin aportes. No es un problema menor cuando de la mano del FMI se vuelve a poner en discusión los regímenes jubilatorios especiales.

Basta de entrega salarial, por una nueva dirección en UTE y Ctera

De este breve análisis surge un programa de lucha: rechazo a la paritaria de Larreta y la burocracia sindical, ningún docente debajo de la línea de pobreza, salario inicial por un cargo de $90.000 en camino a la equiparación con la canasta familiar, indexación mensual por inflación, blanqueo e incorporación al básico de todas las cifras negras y grises, defensa del 82% móvil para los jubilados.

Ligado a este programa aparece como una tarea urgente la expulsión de la burocracia y la lucha por independencia política de los sindicatos. Para ser justos, digamos que Larreta y su ministra Soledad Acuña no hicieron más que replicar la pauta salarial que firmaron Alberto Fernández y Jaime Perczyk con la dirección de Ctera (y Kicilloff con Baradel). La Celeste, igual que toda la burocracia sindical peronista, está comprometida a hacer pasar el ajuste fondomonetarista.

Contra esta entrega, convocamos a la docencia porteña a sumarse este miércoles 2 de marzo a la jornada nacional de lucha docente que impulsa Ademys junto a los Sutebas Multicolor y las seccionales combativas de todo el país. El sábado 5 haremos una reunión abierta del Plenario del Sindicalismo Combativo en Unione e Benevolenza para discutir un plan de lucha común en defensa del salario y de las condiciones de trabajo y una gran movilización contra el pacto colonial con el FMI.