Sindicales

16/3/2022|1640

Un masivo rechazo al miserable salario mínimo acordado

La Unidad Piquetera y el sindicalismo combativo plantearon la duplicación, camino a una recomposición salarial general

Foto: Federico Imas

El Consejo del Salario acordó con 31 votos y una abstención un “aumento” del 45% para el salario mínimo, pero en cuatro cuotas. La actualización anunciada coloca al salario mínimo en 47.850 pesos en ¡diciembre!, contra una Canasta Básica Total de pobreza hoy de 78.624 y una Canasta Básica Alimentaria de indigencia hoy de 34.334, que se espera vuelva a superar, más temprano que tarde, al piso salarial, el cual, además, se encuentra a años luz de la canasta familiar que ronda los 130.000. O sea: acordaron un salario en la línea de la indigencia, que no alcanza ni para ser pobre.

La reunión del Consejo fue rodeada de una intensa movilización de trabajadores, ocupados y desocupados, con el sindicalismo combativo y la Unidad Piquetera al frente. Sigue la lucha contra el ajuste fondomonetarista del gobierno y la pauta salarial que se intenta imponer al conjunto de los trabajadores.

En una comunión de funcionarios del gobierno, particularmente de la cartera de Trabajo, representantes de las cámaras patronales, burócratas sindicales de las centrales obreras y la burocracia de las organizaciones sociales oficialistas se pactó la actualización del Salario Mínimo, Vital y Móvil por detrás de la inflación pasada (52,3%) y la futura, que se calcula entre 55 y 60% para todo el año.

Un ajuste contra el conjunto de la clase obrera

Este ajuste afecta a los 1.200.000 trabajadores precarizados del Potenciar Trabajo, quienes perciben el 50% del salario mínimo y que desde el martes 15 mantuvieron un acampe frente de Desarrollo Social en reclamo de trabajo genuino, seguro universal al desocupado y aumento, en las vísperas de la reunión el Consejo y se sumaron a la movilización por la mañana de este miércoles 16.

El salario mínimo golpea a una parte de los jubilados -los que no se avinieron a las moratorias-, pensionados y trabajadores no registrados.

A su vez, el porcentaje del aumento actúa como pauta oficial para las negociaciones salariales del sector privado, las cuales podrán correrse algunos decimales por arriba de este acuerdo ruinoso, pero sin modificar el “espíritu” de la política ajustadora, dictada en el marco de las negociaciones con el FMI.

El salario mínimo viene perdiendo bajo los sucesivos gobiernos. Durante el macrismo aumentó un 202%, mientras la inflación subió 299,2%. Y bajo los dos primeros años de gestión de Alberto Fernández subió un 89,6%, contra un 105,04%. Una política de liquidación del poder adquisitivo, que licúa el gasto social del Estado para los sectores más pobres y vulnerables.

La lucha contra el ajuste

Las organizaciones piqueteras ya han anticipado que estas acciones son las primeras de un plan de lucha más general contra la política oficial. Y están previstas medidas para el 31 de marzo y el 13 de abril, y la preparación de una contundente marcha federal.

El sindicalismo combativo también se prepara para las negociaciones paritarias en cada gremio, donde la burocracia sindical está pactando la entrega con las patronales y el gobierno.

El rechazo al pacto con el FMI también se inscribe en el plan de lucha de las organizaciones combativas, de la mano del planteo de una recomposición general de los salarios, para alcanzar la canasta familiar de 130.000 pesos, un seguro universal al desocupado y una nueva dirección en los gremios.