Sindicales
8/4/2025
Un paro nacional en caliente, en la arena movediza de la crisis mundial

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Javier Milei.
Que Milei viene barranca abajo lo sabía la CGT cuando convocó el paro. Que venimos del repudio a la represión de Bullrich también y sobre todo del apoyo del 90% de la población a los jubilados que son reprimidos todos los miércoles. También que mediante el impensado canal de las hinchadas de fútbol se produjo un 12 de marzo con mucha gente y brutalmente reprimido por las tropas de Bullrich que dejaron luchando por la vida al reportero Pablo Grillo y 140 detenidos cazados al azar que tuvieron que ser liberados. Sabían del criptogate, de la nominación de jueces por decreto, criticada por la Amcham e Idea, lo más graneado del capital. Como buenos burócratas que cuidan sus sillones ya habían visto la reacción de masas del 1º de febrero contra el discurso de Davos, donde Milei pierde un round por nock out de su “batalla cultural”.
Como si todo esto fuera poco el 24 de marzo ganaron las calles centenares de miles en todo el país, ya con el paro convocado, lo que lo hizo ilevantable, a riesgo de una crisis de la propia y repudiada dirección de la burocracia sindical de la CGT, al menos de la camarilla que la controla hace bastante tiempo.
Tampoco se les escapó a gente tan experimentada la tensión cambiaria y menos cuando algunos grupos económicos les soplan al oído en favor de una devaluación en regla, porque no aguantan hasta octubre, aunque despidan gente a granel y flexibilicen aún más las condiciones fabriles.
Así las cosas, disfrazaron el paro dominguero de 24 horas con la movilización en apoyo a los jubilados el miércoles 9 para no hacer un acto, fijar una demanda, un cierto programa, o decir algo por lo menos. La voz que se oiga por el modesto sonido de las organizaciones de lucha de los jubilados será la de los propios jubilados con sus reclamos desoídos que por sí mismos valdrían la lucha más profunda imaginable de todo el movimiento obrero.
Lo que no estaba en los cálculos era que el paro se diera en medio del Tsunami mundial producido por la guerra comercial iniciada por Trump con los aranceles. Un cuadro que se agrava cada hora con las réplicas en Asia, Canadá y otros países, y la caída monumental de los mercados bursátiles que han volatilizado en horas billones de dólares de desvalorización de grandes corporaciones y monopolios capitalistas ante la perspectiva de una recesión mundial, de procesos inflacionarios al mismo tiempo y definitivamente de una fractura del mercado mundial de consecuencias impredecibles, pero seguramente catastróficas, cuando la desigualdad y el hambre, junto a las crisis inmigratorias y la tendencia a la guerra mundial se vienen acentuando día a día, antes de Trump. La recesión en puerta será un arma contra la clase obrera en el mundo, también un desafío a su intervención como clase.
El desaire a Milei de Trump, que se fue a jugar golf cuando su perro faldero del extremo sur fue a besarle las manos y celebrar las medidas que todos (los países capitalistas) repudian, como la votación abrumadora contra los jueces de la Corte designados por decreto que ya llevaron a la renuncia a García Mansilla, son apenas manifestaciones políticas de que Milei hace agua en todos los frentes.
De hecho sus medidas aperturistas de baja progresiva de aranceles a las importaciones y de revalorización del peso van a contramano de las devaluaciones proteccionistas desesperadas de varios de nuestros principales socios comerciales. No es de extrañar que en este cuadro el salvataje del FMI se demore al punto de agravar la corrida cambiaria para llevar al Banco Central y sus reservas negativas al borde de un desastre todavía muy mayor, como una crisis bancaria o un escenario de corralito. En tanto, se ve subir los precios de los alimentos otra vez en ascensor, mientras se imponen paritarias ridículas.
En resumen, el paro que en el manual de la burocracia nunca debe ser en caliente, será una expresión de la clase obrera en medio de una caliente crisis económica, social y política de magnitud, algo a lo que no es ajena, por supuesto, la fragmentación de la derecha y de la ultraderecha en la Capital y las disputas y divisiones del peronismo en todo el país y también y especialmente en la Provincia de Buenos Aires con la fractura entre Cristina y Kicillof.
No se puede decir que la iniciativa política la tengan ellos, los burócratas. Tampoco los trabajadores todavía. Quienes nos ubicamos en el campo político estratégico de la clase obrera tenemos que bregar para que la iniciativa pase a manos de los trabajadores mismos.
Algunos botones de muestra en estas horas nos lo dieron los docentes de Santa Cruz, que de la mano de Adosac recuperada han arrancado la más importante victoria de los trabajadores desde que Milei está en el gobierno. Y, arrancado a un gobierno opositor al reinado kirchnerista en esa provincia durante tantos años. Los obreros de Morvillo ocupando la planta ya durante 40 días, dan cuenta de la primera ocupación obrera bajo Milei. Y otro botón de muestra nada menor lo están marcando los trabajadores de Fate con una reacción de lucha que partió de una asamblea de número histórico convocada por el Sutna contra decenas de despidos y un plan patronal flexibilizador.
Tal vez por todo este cuadro, que podría poner en peligro de saltar por el aire toda la política de despidos y arrasamiento de convenios y poner en jaque las “reformas estructurales” y condiciones cambiarias que con seguridad acompañan el nuevo endeudamiento con el FMI; tal vez por la explosividad de la situación, es que la podrida burocracia de la UTA se presta a carnerear una vez más un paro nacional. Contra la bronca de los choferes a no dudarlo, porque su congelamiento salarial es de los peores. Por eso nuestra agrupación de choferes en la Coordinadora Sindical Clasista agita las líneas contra el carnereaje.
Después de muchas luchas aisladas y desarticuladas por la burocracia, el paro llega en un momento de giro importante en el humor y la disposición de los trabajadores. No hay paro de 36 horas. A no confundirse. Eso sería algo a preparar con abandono de plantas en todo el país, una disposición para movilizar la masa de la clase obrera, un actor que todavía no fue protagonista, en las grandes movidas universitarias, el 1º de febrero o el 24 de marzo, el 8 de marzo o aún en las combativas movidas del 12 y 19 de marzo. Un paro de 36 horas de ese tipo sería un canal de intervención en la tradición del Cordobazo y que debería ser continuado con un plan de lucha.
Justamente en esa perspectiva nos reunimos en un gran plenario obrero en las puertas de Morvillo el último sábado para marcar la perspectiva desde una columna independiente, de sindicatos combativos, el movimiento piquetero y las organizaciones de jubilados en lucha. Por eso el paro de 42 hs del Sutna, el paro de 48 hs de AGD-UBA y Ademys el 9 y 10, por eso fuimos fuertes impulsores del paro de 36 hs en el plenario de delegados de Foetra, ahora traicionado por la dirección y seremos organizadores del paro de 36 hs de ATE, ante una conducción que nunca lo organiza. Vamos por el paro activo y el plan de lucha hasta la huelga general para que se vaya Bullrich, para derrotar al gobierno. Desde esa política nos concentramos el 9 y paramos el 10. Manos a la obra. Fuera Milei.

