Luego de las elecciones realizadas sobre el final del 2023, el 25 de marzo de este año asumieron las nuevas autoridades en UTE. El pasado viernes 12 de abril fue la fecha elegida para formalizar este traspaso de autoridades, que de ninguna manera implica una nueva UTE. Por el contrario, continúan la falta de democracia interna y los mismos métodos de “construcción” del sindicato.

En las últimas elecciones, la lista oficialista celeste obtuvo el 60% de los votos; sin embargo, tendrá el total de los 43 cargos de la Comisión Directiva. Es inconcebible que el 40% de lxs votantes que eligieron a las otras listas -entre ellas el Frente Multicolor, la histórica oposición democrática, antiburocrática y de lucha en el sindicato- no va a tener ninguna representación en la CD. Esto es producto de las reformas proscriptivas del estatuto (la última data de junio 2023), hechas por la propia conducción celeste sin ningún tipo de consulta o participación de lxs afiliadxs del sindicato y con el único objetivo de tener un control monolítico del mismo.

Con relación a los métodos de construcción sindical, se continúa profundizando la histórica negativa de no convocar ni participar de asambleas y/o plenarios unificados de toda la docencia de CABA, como viene proponiéndole la conducción multicolor de Ademys, lo que permitiría avanzar en acciones comunes de la docencia, que muchas veces se ve disgregada por la dispersión que implica que haya 17 sindicatos. Pero además, en los últimos tiempos la conducción de UTE dejó incluso de convocar a plenarios de delegadxs del propio sindicato. Únicamente convoca, y en la mayoría de los casos de forma muy esporádica, a reuniones por nivel educativo, fragmentando aún más la posibilidad de que lxs delegadxs puedan compartir problemáticas comunes y buscar dar una respuesta de conjunto a los ataques de Milei y Macri.

No hay instancias de deliberación y organización de la docencia en UTE-Ctera ante un gobierno como el de Milei, que ha declarado un plan de guerra contra lxs trabajadorxs y la educación pública. La paritaria nacional docente fue borrada de un plumazo al igual que el Fonid, mientras los gobernadores realizan en las provincias su propio ajuste, produciendo una pérdida cada vez mayor del salario y del presupuesto educativo. Y, en particular, el gobierno de Jorge Macri en CABA se ha alineado a fondo con las políticas de Milei.

El inmovilismo de la conducción llegó al punto que ni siquiera UTE realizó una campaña y difusión de los propios paros de Ctera -esto, pese a que UTE es el sindicato de base de Ctera en CABA-, lo que llevo a que en las escuelas muchxs docentes preguntaran si UTE convocaba al paro ya que ni siquiera había un flyer con la firma del sindicato convocando a parar.

Es evidente que el cambio de la conducción no implica ninguna mejora para la docencia. Es tan sólo un cambio para paliar la crisis interna de la celeste, que viene de su ruptura, y para continuar una política de vaciamiento del sindicato y de inmovilismo frente a los constantes ataques de Macri en CABA y Milei a nivel nacional a la docencia y la educación pública. Desde Tribuna Docente continuamos convocando a la docencia y lxs afiliadxs a organizarnos con el objetivo de recuperar el sindicato y colocarlo a la cabeza de la lucha por todas las reivindicaciones, convirtiéndolo en un espacio democrático, antiburocrático y de lucha.

Llamamos a organizar asambleas por escuela, elegir delegadxs y poner de pie a la docencia. Comenzando por convocar masivamente a la marcha nacional educativa del 23 de abril, que tiene que convertirse en una gran movilización no solo en defensa de la universidad, sino del conjunto de la educación pública.

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