Sindicales

23/8/2022

Yasky avaló el salario mínimo de indigencia

Declaró que “estamos sufriendo una embestida brutal de los formadores de precios que no tiene que ver con la suba de salarios”.

Hugo Yasky

El secretario general de la CTA de los Trabajadores, Hugo Yasky, declaró hace unos días que “estamos sufriendo una embestida brutal de los formadores de precios que no tiene que ver con la suba de salarios” (Clarín, 18/8).

Una gran confesión que lo incrimina: en los últimos tres años, la CTA que dirige no hizo una sola medida de fuerza en defensa de los salarios.

Ayer, tres días después de estas declaraciones, volvió a mirar para otro lado, y se abstuvo cuando en el Consejo del Salario el gobierno, la CGT y las patronales “aumentaron” el salario mínimo, vital y móvil un 21% en tres tramos, con lo que el nuevo piso salarial será en setiembre de $51 mil (en la línea de la indigencia) y llegará a $ 57.900 recién en noviembre.

Un ataque brutal contra la docencia y la comunidad educativa

La abstención de Yasky es un apoyo a gritos en favor del ajuste del gobierno de Alberto, Cristina y Massa pero además un golpe enorme para los docentes de todo el país.

Efectivamente, en el año 2016, por acuerdo paritario firmado por la Ctera con el gobierno de Mauricio Macri, los sueldos iniciales de los docentes de todo el país están siempre un 20 por ciento por encima del Salario Mínimo Vital y Móvil, lo que condenó de ahí en adelante a la mayoría de la docencia nacional a estos salarios de indigencia. Los medios informaron entonces que el ofrecimiento de Macri “fue tomado por los gremios como un gesto político para alcanzar un acuerdo e iniciar las clases el 29 de febrero” (Clarín, 17/02/17).

Junto a la firma de esta porquería, Yasky, Sonia Alesso y Roberto Baradel le regalaron a Macri y a la archienemiga gobernadora bonaerense María Eugenia Vidal un comienzo de clases sin conflicto. Como contracara, los Sutebas Multicolores declararon la huelga de no inicio de clases.

En consecuencia, esta abstención de Yasky ratifica que no moverá un pelo cuando esta entrega sea aplicada a la realidad de los actuales sueldos. El salario inicial docente pasará a $61 mil en septiembre y a $69 mil en noviembre, menos de la mitad del piso para no ser pobre.

Yasky oculta, además, que este incremento pauperiza al extremo a una enorme porción de la comunidad educativa, que sobrevive con la asignación del “Potenciar Trabajo” que, en diciembre, será de $28.950.

Ayer y hoy, un sindicalismo amigo del poder

También hace unos días, Yasky salió a atacar a la izquierda, que se movilizó el 17 a Plaza de Mayo, junto al Plenario del Sindicalismo Combativo y el movimiento piquetero, contra el ajuste del gobierno peronista del FMI y reclamando el paro activo nacional y el plan de lucha a las centrales obreras, para imponer un salario que cubra la canasta familiar para toda la clase trabajadora. Yasky repudió la acción de lucha y planteó que hubiera querido ver a la izquierda y a los sectores combativos del movimiento obrero hacer lo mismo contra Macri.

Como lo demuestra la paritaria docente de Ctera de 2017 y la negativa a parar y movilizarse de entonces, el pasado de ayer y el presente actual condena al sindicalismo kirchnerista, que hoy aplaude la “auditoría” sobre los planes sociales y el ataque al movimiento piquetero.

¡Por un paro activo nacional y un plan de lucha! ¡Que la CGT y la CTA rompan con el gobierno!

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