Sociedad

28/8/2020

Caso Sidders: piden informes a Frederic sobre la situación del cura y capellán de Gendarmería

Romina Del Plá presentó un proyecto para que el Ministerio de Seguridad rinda cuentas sobre la situación del sacerdote denunciado por abuso sexual.

Ante las graves denuncias que pesan sobre el cura y capellán de Gendarmería Raúl Sidders, la diputada del Partido Obrero en el Frente de Izquierda, Romina Del Plá, presentó un proyecto de pedido de informes dirigido al jefe de gabinete y la ministra de Seguridad, Sabina Frederic, sobre la situación que reviste el sacerdote dentro de las fuerzas de seguridad nacionales. La iniciativa fue acompañada por Nicolás del Caño (del PTS-FIT).

Sidders fue denunciado en sede judicial por abuso sexual y acusado públicamente por distintos tipos de violencias y discriminaciones por parte de exalumnos del colegio San Vicente de Paul de La Plata (un establecimiento confesional subsidiado por el Estado), donde el cura ejerció como “guía espiritual” desde el año 2002. También cumplió funciones como capellán de Gendarmería Nacional antes de llegar al colegio platense en la provincia de Neuquén, y actualmente espera designación formal como capellán del Escuadrón XIII de la misma fuerza en Misiones, todo bajo la órbita del Ministerio de Seguridad de la Nación.

En mayo Sidders fue integrado a la cúpula de la Iglesia en la provincia mesopotámica, de la mano del nuevo obispo Nicolás Baisi -designado para este alto cargo eclesiástico por el Papa Francisco- quien lo solicitó como secretario. Sidders y Biasi pertenecen a la corriente más conservadora y reaccionaria de la Iglesia Católica, junto al ultraderechista exarzobispo de La Plata Héctor Aguer, y cuentan con todo un prontuario en materia de oscurantismo, misoginia y hostilidades a los derechos de las mujeres y las diversidades. Recientemente, el flamante obispo encabezó movilizaciones”celestes” en defensa de la clandestinidad del aborto.

El proyecto presentado por Romina Del Plá reclama que se informe sobre la situación actual de Sidders y el ejercicio de sus funciones en las fuerzas de seguridad, cuál ha sido la actuación del Ministerio desde que se conocen las denuncias, si el cura percibe ingresos mensuales en la actualidad provenientes del Estado, e indaga sobre el historial de vinculación entre Raúl Sidders y cualquier dependencia del Estado.

También solicita que se informe “cuál es el gasto que el Estado destina al cuerpo de capellanes de las fuerzas de seguridad, detallando listado de integrantes del mismo, lugar en el que cumplen tareas, monto de los ingresos mensuales por cada capellán y promedio de jubilaciones que se cobran por haber pasado por dichas tareas”. Esto, habida cuenta de que no estamos frente a un caso aislado, ya que la vinculación de estos elementos de la Iglesia con el poder político es el centro de un entramado de impunidad a los abusadores, y de una práctica al servicio de la misoginia y los peores agravios o niños y mujeres.

En los fundamentos del proyecto se denuncia la maquinaria de encubrimiento de la Iglesia Católica y se afirma que “los altos cargos del clero al interior de las fuerzas represivas estatales –como ocurre con el capellán Sidders- son otro poderoso factor de encubrimiento y amedrentamiento contra las víctimas de abuso. Aquí vemos un ejemplo de cómo la Iglesia Católica funciona como un Estado dentro del Estado”.

Sidders no es sólo un depravado sino además todo un exponente ideológico de la misoginia, la xenofobia y el oscurantismo que cuenta con respaldo del poder político –como lo demuestra su desempeño en funciones en el Ministerio de Seguridad. Debe ser separado de todos sus cargos, y la ministra Frederic debe brindar explicaciones sobre las funciones que cumple como capellán de Gendarmería en la provincia de Misiones. La Justicia, por su parte, debe dar curso a la causa para dar con la verdad de los hechos.

Denunciamos el encubrimiento de la Iglesia Católica que protege a curas abusadores como Sidders, y que lo hace porque cuenta con el amparo del poder político para ello. El caso Sidders trae nuevamente a escena la imperiosa necesidad de luchar por la separación de la Iglesia del Estado.