El 8 de marzo del corriente se conoció un nuevo caso de estafa piramidal en Córdoba, por el que hay siete efectivos policiales detenidos. La asociación ilícita estaba integrada principalmente por policías, también participaban abogados y contadores, que perjudicaron a inversores por alrededor de $30 millones.

José Mana es el fiscal que investiga la causa, que ordenó en simultáneo “10 allanamientos en los que fueron detenidas nueve personas, siete de ellas, policías, un abogado y un contador. Están imputadas por presuntas asociación ilícita y estafas reiteradas”, publicó La Voz. La citada fuente contó que también fue allanada la División de Transporte de la Policía de la provincia.

La Banda prometía ganancias de entre un 30% y un 50%, un atractivo para sus inversores que eran todos uniformados. Es que para ingresar al grupo de “inversores” era requisito excluyente ser integrante de la fuerza. Tenemos por lo tanto a policías robando a policías, una muestra más de la descomposición que atraviesa a una institución cada vez más descompuesta.

Hasta el momento hay nueve personas detenidas: una abogada, un contador, y los mencionados siete policías, entre los cuales hay personal jubilado. Es posible que se produzcan nuevas detenciones en una causa que tiene más de 30 damnificados.

Este nuevo caso de estafa con esquema ponzi se conoce cuando crece el escándalo de la causa “Generación Zoe”, ya hay 16 imputados detenidos y, sin embargo, el líder de la “empresa”, Leonardo Cositorto, sigue prófugo, a pesar de tener pedido de captura internacional y realizar un raid mediático desde la República Dominicana.

Estas estafas en gran escala cuentan con todo un entramado estatal y financiero. Los policías detenidos dan cuenta de lo señalado.

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