Sociedad
12/5/2023
Crecimiento de asentamientos precarios y casi 50.000 viviendas ociosas en el Gran La Plata
Fuera los políticos capitalistas que gobiernan para la especulación inmobiliaria.

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Viviendas.
En varios artículos de Prensa Obrera, dimos cuenta acerca del crecimiento de los asentamientos precarios y de las villas en el Gran La Plata. Según el último relevamiento hecho sobre barrios populares, solo en la ciudad capital hay 191 asentamientos carentes de servicios públicos elementales. Otros 30 están radicados en Ensenada y Berisso.
La aparente paradoja es que La Plata vivió entre el 2003 y el 2008 un “boom inmobiliario”, con la construcción de casi dos millones y medio de metros cuadrados nuevos. Sin embargo, desde hace unos años, la ciudad capital de la provincia lidera el “ranking” de los barrios precarios -en los que viven unas 120.000 personas. Es una de las comunas más afectadas por la crisis habitacional.
Como ejemplo de esta crisis se destaca la ocupación de tierras en el exClub Planeadores de Los Hornos, donde sobreviven más de 2.000 familias abandonadas a su suerte por el Estado bonaerense -y también por el municipal- y a merced de la violencia narco. Se trata de la recuperación de tierras más grande de toda la provincia de Buenos Aires.
Los números cantan
Esta carencia contrasta con las 45.000 viviendas vacías registradas en La Plata, dato que corresponde al Censo nacional 2010, cuando se tomaron en cuenta las viviendas ociosas sin alquilar o destinadas a la especulación inmobiliaria. Con posterioridad a esta fecha no hay números oficiales, debido al retraso del procesamiento del Censo 2022. Pero según investigaciones periodísticas de 2018, las viviendas vacías en La Plata aumentaron a casi 50.000. Teniendo en cuenta la crisis económica, la devaluación en marcha, la altísima inflación y la caída en picada del salario es muy probable que esta cifra se haya incrementado.
Durante los años del “boom inmobiliario” se construyeron edificios céntricos, de altura y de lujo, que elevaron el precio del metro cuadrado y del suelo urbano por las nubes. Los beneficiarios de esto fueron las grandes constructoras como Building y Dacal, que monopolizaron el mercado. El “boom” terminó expulsando a miles de trabajadores a la periferia, imposibilitados de acceder a una vivienda propia o de alquilar por los precios exorbitantes, los cuales subieron al compás de la valorización especulativa.
Con la crisis económica, social y financiera de los últimos años se dio el proceso inverso: se paralizaron las construcciones y cayó el valor de los inmuebles, lo que retrayó el mercado inmobiliario. Impera la falta de viviendas en alquiler porque los propietarios sacaron de circulación los inmuebles disponibles, a la espera de una modificación gubernamental de la Ley de Alquileres que establezca plazos más cortos y contratos indexados.
https://prensaobrera.com/politicas/la-plata-zona-liberada-a-los-grandes-grupos-inmobiliarios
La proyección anual de la inflación (superior al 120%) opera como una espada de Damocles sobre los inquilinos, que ascienden al 20% de la población platense. La raíz de esta crisis son los salarios de hambre y el 40% de pobres en la región. Esto, no obstante, constituye una foto retrasada de la pobreza, porque los datos corresponden a fines del 2022.
Un sector especialmente golpeado por el combo de altos precios y baja oferta de alquileres son los estudiantes. Muchos llegan a la Universidad de La Plata desde el interior de la provincia y deben abandonar sus estudios por la imposibilidad de costear los gastos de vivienda. El trabajo precario y los bajos salarios en la juventud son un cóctel explosivo porque mientras más crece la informalidad laboral menos posibilidades hay de presentar las garantías propietarias y los recibos de sueldo en blanco que piden las inmobiliarias.
Ninguno de los intendentes de la región modificó esta situación. Tampoco lo hicieron los alcaldes kirchneristas Mario Secco y Fabián Cagliardi. En Ensenada, las viviendas sin uso rondan las 2.800 unidades y en Berisso hay 3.800 para una población de 80.000 habitantes. La construcción de viviendas populares está parada como resultado del ajuste fiscal, que bloquea los créditos del Estado.
El Código de Ordenamiento Urbano (COU) de Julio Garro, repleto de permisos de excepción para las constructoras “amigas”, tiene como antecedentes directos otros códigos similares que rigieron con los exintendentes peronistas Alak y Bruera. Unos y otros fueron y son la pantalla de los negociados capitalistas, y la tapadera de los lobistas de la patria inmobiliaria en los Concejos Deliberantes.
Programa
El Partido Obrero lucha por una salida integral, que debe comenzar con un inmediato aumento de los salarios y jubilaciones acorde al costo de la canasta familiar. Para terminar con la especulación inmobiliaria y con el déficit habitacional, son necesarios un banco de tierras y un plan de viviendas y urbanización financiados con un impuesto extraordinario al gran capital inmobiliario y con gravámenes progresivos a las viviendas ociosas. En defensa del derecho a la vivienda, los créditos hipotecarios a tasa cero no deben superar el 25% de los ingresos familiares.
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