Sociedad

1/12/2020

Abusos eclesiásticos

Quedó detenido el cura Raúl Sidders, procesado por abuso sexual

El sacerdote fue denunciado por una joven que acudía al colegio donde este era capellán.

Fuente: Prensa Obrera

Luego de que por la tarde del lunes 30 el juez de garantías Carlos Agustín Crispó ordenara la detención de Raúl Anatoly Sidders, el cura se entregó. Durante cuatro horas declaró ante el fiscal Álvaro Garganta, quien investiga la denuncia en su contra por abuso sexual. Luego el procesado quedó detenido con prisión preventiva. En las puertas de Tribunales se concentraron quienes acompañan a la denunciante, Rocío, para exigir justicia.

La denuncia había sido radicada por Rocío en septiembre, quien luego amplió sus declaraciones brindando detalles del acoso y los abusos que sufrió entre sus 11 y 14 años, cuando asistía al colegio San Vicente de Paul de La Plata, donde Sidders era capellán. El sacerdote se valía de las instancias de confesión para incitarla a tener relaciones sexuales y la sometió a contacto físico.

Más de una década después de los hechos, cuando a partir de una publicación de Prensa Obrera proliferaron relatos en redes sociales sobre las violencias y abusos a que sometía el cura a decenas de alumnos durante casi 20 años, Rocío se organizó junto a sobrevivientes de abuso eclesiástico y organizaciones de mujeres que la acompañaron en la realización de su denuncia en la Justicia. Rápidamente, al enterarse que Sidders estaba en la Fiscalía de La Plata, se concentraron en las puertas del edificio para reclamar que el cura quede detenido.

 

Desde su denuncia, Rocío contó con el apoyo de exalumnos del colegio y sus familiares, que se pronunciaron en una carta abierta con 100 firmantes de la comunidad educativa, a pesar de que la autoridades del establecimiento se apresuraron a desestimar las acusaciones. “Fue la lucha colectiva”, según la joven, lo que derrotó el operativo de encubrimiento y amedrentamiento que montó la jerarquía de la Iglesia Católica, en las personas del arzobispo platense Víctor Fernández y del obispo de Iguazú Nicolás Baisi -a donde Sidders había sido trasladado en mayo.

Es un paso fundamental en la lucha contra la impunidad de estos abusos, que debe seguir hasta que Sidders sea condenado. Consultada por Prensa Obrera, Rocío agregó que “no vamos a parar hasta ver a Sidders tras las rejas. No vamos a permitir esta vez que lo encubran o le den privilegios, como hacen siempre el Estado y la Iglesia con los curas pedófilos. Quiero que pague todo lo que me hizo”. Que así sea.