La lucha contra la exploración petrolera offshore en Argentina adquirió una importancia enorme. En la previa a una nueva jornada de lucha por un mar libre de petroleras, se difundió el fragmento de un video en el que se lo ve a Lionel Scaloni, director técnico del seleccionado argentino campeón del mundo, hablando hace algunos años, en un programa de TV, sobre los desastres de la industria petrolera en España.

Scaloni se refirió a la catástrofe del barco Prestige. En 2002, el buque petrolero sufrió un accidente, en medio de una tormenta. Terminó partiéndose en dos a 130 millas del municipio de Fisterra, y hundiéndose a casi 4 mil metros de profundidad. El barco vertió 67.000 toneladas de fuel en el mar, afectando a las costas de Galicia, pero también a las de Francia y Portugal.

Esto descalabró los ecosistemas marinos, subacuáticos y costeros, y causó estragos entre la fauna (aves marinas, cetáceos, tortugas, etc). Los organismos especializados han dicho que murieron entre 115.000 y 230.000 aves. Lo del Prestige afectó a casi 745 playas, y contaminó 2.000 kilómetros de costa. Fue uno de los mayores desastres ambientales de Europa.

Como respuesta, miles de personas se organizaron para limpiar la costa española, lo hicieron incluso antes de que el entonces gobierno de José María Aznar, responsable del accidente, organizara algo en ese sentido.

Poco tiempo después se conformaron movimientos de lucha en defensa del ambiente. Uno de ellos fue el “Nunca Máis”, que organizó una manifestación contra el derrame de petróleo que logró congregar a alrededor de 200.000 personas en Santiago de Compostela. También hubo protestas contra el gobierno del Partido Popular en Galicia, que pidieron la dimisión de funcionarios. Y miles de estudiantes y profesores gallegos llegaron a realizar una cadena humana de 40 km de longitud entre Malpica y Lage, a modo de reclamo.

Los dos equipos de Galicia, el Celta Vigo y el Deportivo La Coruña (equipo cuya camiseta vistió Scaloni, quien participó de ese encuentro), jugaron un partido a beneficio de todos los afectados.

El caso del Prestige se judicializó, fue la mayor causa instruida en España por un problema medioambiental. Este proceso derivó en la condena a nueve meses de prisión para el capitán del barco, el griego Apostolos Mangouras, y en la imputación de otros elementos que ejercían funciones en el buque. A 20 años del acontecimiento, todavía existe un litigio judicial por el cobro de unos 2.500 millones de euros en indemnizaciones para los afectados (el reparto de las primeras se produjo recién en 2019). Los políticos y los capitalistas, principales responsables de la catástrofe, no fueron sentados en el banquillo de los acusados.

La lucha en defensa del ambiente y contra los gobiernos contaminadores y ajustadores, en Argentina y en el mundo, tiene una importancia estratégica para el conjunto del movimiento obrero.