El fiscal Álvaro Garganta se pronunció de manera favorable ante el pedido del cura abusador Raúl Sidders de que le sea otorgado el beneficio de la prisión domiciliaria, poniendo fin a su reclusión en la Alcaldía Pettinato de la localidad platense de Lisandro Olmos. La resolución del funcionario carece de toda fundamentación razonable, ya que incluso reconoce la existencia de riesgo de fuga y entorpecimiento del proceso. Piden su apartamiento de la causa y se confirme la efectiva prisión preventiva en cárcel común.

El cura Sidders de haya detenido en el marco del proceso judicial por abuso sexual agravado contra una menor de edad que asistía al colegio San Vicente de Paúl del cual él era capellán. La denuncia penal fue radicada por Rocío, una joven que luego de una década pudo romper el silencio, en el marco de una enorme cantidad de testimonios que se hicieron públicos sobre el acoso y el trato vejatorio a que el religioso sometía a los adolescentes de esa institución educativa durante casi 20 años.

El escrito Garganta es confuso y arbitrario. En primer lugar, ya se había desestimado toda complicación médica del imputado por el hecho de la detención. El fiscal ni siquiera descarta la existencia de un riesgo de fuga o su capacidad para entorpecer el avance de la causa judicial. Aduce vergonzosamente la presencia de familiares de Sidders en la provincia de Buenos Aires como si fuera un reaseguro de que no abandonará el distrito, cuando precisamente se había radicado el año pasado en las cercanías de la Triple Frontera en la provincia Misiones, con respaldo de la Iglesia Católica. El propio Arzobispo de La Plata, “Tucho” Fernández, lo defendió públicamente y buscó amedrentar a las víctimas, a la comunidad educativa del San Vicente y al medio Prensa Obrera por publicar el caso.

Por último, Garganta aduce una demora de la acción penal, cuando es precisamente su tarea como funcionario público el impulso y desarrollo de la misma. En respuesta, Rocío y sus abogados presentaron un escrito en el que reclaman que se confirme la prisión preventiva efectiva de  Sidders en establecimiento carcelario, que “se aparte al fiscal por alejarse del principio de objetividad y se designe nuevo titular a fin de asegurar el ejercicio de la acción penal en un proceso”.

No a la domicialiaria al cura abusador Raúl Sidders.