Sociedad

21/8/2020

Las recuperaciones de tierras, una respuesta a la crisis habitacional

En Buenos Aires, la pobreza es cercana al 50%.

Ocupación de tierras en Guernica / Foto @danielpeluffo @ojoobrerofotografia

Cuando la crisis económica y sanitaria se descarga con todo rigor sobre millones de desocupados y precarizados, el nuevo pacto colonial que el gobierno de los Fernández ha sellado con los bonistas ya plantea un escenario de mayor ajuste y una reducción de los recursos que el estado destina a los sectores más golpeados.

Las ocupaciones, o mejor dicho, las recuperaciones de tierras, constituyen la forma que tienen los sectores populares de acceder a un lugar donde construir sus viviendas, toda vez que se les impide otra vía dado un orden social donde el derecho a la vivienda es una mera declaración que embellece la constitución nacional.

Como en los emblemáticos noventa, que dieron origen al movimiento piquetero, surgido en respuesta a las políticas de ajuste, desguace del estado y despidos aplicadas por el gobierno del peronismo realmente existente, hoy se vuelven a desarrollar con fuerza las medidas de acción directa de los nada tienen para perder.

Los jóvenes, se sabe, son el sector que mayor desocupación concentra y donde la pobreza golpea con más fuerza. Por eso son los jóvenes desocupados y precarizados quienes principalmente pueblan las tierras recuperadas.

En la provincia de Buenos Aires ya se estima que la pobreza orilla el 50% de la población. Son niveles que nos aproximan a la catástrofe social de 2001.

Buenos Aires, un polvorín

Nadie duda que la provincia es un polvorín, donde se concentran todas las contradicciones de un régimen social y político en su etapa de descomposición y decadencia.

Según el último informe del Observatorio de la Deuda Social de la UCA el 38,8% de los hogares del AMBA declararon que sus ingresos familiares durante la cuarentena se redujeron hasta un 50%, mientras que para un 18,8% la reducción habría sido superior al 50%.

El mismo informe da cuenta que durante los meses de abril y mayo, más del 50% de los hogares del AMBA recibieron un programa de asistencia social, 48% una transferencia de ingresos y 16,8% una vianda o asistencia alimentaria directa.

Asimismo el último informe de Unicef Argentina sostiene que la pobreza infantil llegará al 62,9% en este segundo semestre de 2020 y la pobreza infantil extrema alcanzaría a 2,4 millones de niñas, niños y adolescentes hacia fin de año. (Infobae, 18/8).

En el sur, Guernica y una lucha emblemática

Seguramente la ocupación de tierras en el sur bonaerense, precisamente en Guernica, es la más importante en este momento, pero no es la única ni será, con certeza, la última. Allí los pobladores del barrio Presidente Perón se volcaron por miles sobre un predio de casi 100 hectáreas abandonado hace años. El Estado, garante de la desigualdad, ya ha fijado fecha de desalojo para el 24 de agosto. Pero las familias se vienen organizando con el método de la asamblea y protagonizaron una importante marcha al municipio que reunió a más de 3000 personas.

En el norte, en Exaltación de la Cruz también se lucha por la vivienda

En la localidad de los Cardales, sobre terrenos del ferrocarril, a escasos metros de las vías, alrededor de 36 familias tomaron terrenos, en 2019, para construir allí sus precarias viviendas.

No solo se trata del derecho vulnerado a una vivienda digna, sino del peligro latente de una catástrofe mayor dado el peligro que representa la posibilidad de un descarrilamiento, por el mal estado de las vías y por la cercanía de las viviendas.

La magnitud de la crisis habitacional en este distrito semirural de la zona norte está en relación a su escasa población, que no supera los 45.000 habitantes.

Sin embargo se repiten las condiciones de pobreza comunes a la mayoría de los distritos de la provincia, por más que su clase dominante local se horrorice ante el espectro de la conurbanización de su pago chico.

Un elemento en común es que el desarrollo inmobiliario se impone como el ordenador del mercado de tierras y viviendas en las zonas urbanas, encareciendo sus valores y expulsando a quienes no pueden pagar hacia la periferia.

Otro tanto ocurre con los countries y barrios privados, que se instalan el zonas de las periferias de bajo costo o dudosa situación legal pero que contribuyen a profundizar la crisis habitacional y en muchos casos son responsables del deterioro del medio ambiente.

Pero una coincidencia fundamental es la falta de planes de viviendas.

En Exaltación de la Cruz como en Guernica gobierna el Frente de Todos. Excusados ahora en la pandemia no hacen ni promesas.

Los gobiernos municipales están quebrados. Son el eslabón débil de la cadena. Como no quieren tocar a los ricos de sus distritos, que financian sus campañas y sus carreras políticas, dependen de los recursos que les baje la provincia y en esa puja, a la que llaman “gestión”, se juega el destino de las obras públicas que esperan hace años mientras se siguen acumulando las contradicciones sociales y las necesidades de los barrios, las villas y los asentamientos.

Solidaridad activa con las luchas por la tierra y la vivienda

Desde el Polo Obrero llamamos al apoyo activo y solidario con las familias en lucha y levantamos la exigencia, como medidas elementales, del no desalojo, de la entrega en propiedad de la tierra para quienes la necesitan, así como la demanda de un plan de viviendas puesto bajo control de las familias y los trabajadores.

Una salida para que la crisis la paguen los capitalistas

El escuálido asistencialismo en época de vacas flacas que el gobierno promociona como un plan que lo diferencia del macrismo es apenas una aspirina para un cáncer, y no podrá contener las luchas que se avecinan.

La oleada de recuperaciones de tierras que tanto desvelan a funcionarios y voceros de la derecha, es apenas un emergente de la crisis que los capitalistas y su personal político vienen descargando sobre los trabajadores ocupados y desocupados.

En este cuadro, el movimiento de desocupados combativos agrupados en el Frente de Lucha Piquetero encabezado por el Polo Obrero, tiene el enorme desafío y la gran responsabilidad de darle carnadura a una salida que imponga con la lucha un programa para que la crisis la paguen los capitalistas y que empiece por el no pago de la deuda externa y la ruptura con el régimen del FMI.

Para eso hay que superar el bloqueo a la lucha que intentan imponer las burocracias de los movimientos sociales cooptadas e integradas al gobierno. Y desarrollar una política de frente único independiente impulsando desde abajo un congreso donde confluyan los trabajadores ocupados y desocupados, con delegados electos, para poner en pie a la clase obrera y golpear como un solo puño.

Por el no pago de la deuda externa.

Por un seguro de desempleo de 30.000 pesos.

Por trabajo genuino.

Por el derecho a la vivienda y planes de obras bajo control obrero.

Que la crisis la crisis la paguen los capitalistas.